capítulo 35 {Final}

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Recomiendo que pongáis en reproducción la siguiente canción: All of me.

Mi vida es una vacío inmenso, no aun no me puedo creer que todo esto haya ocurrido, y todo por mi culpa.

¿Cómo puede hacerlo?
¿Cómo acabe así una historia?
Una historia que iba viento en popa.
Me sentía sola, confundida tras pensar que el no podría estar tanto tiempo sin otros labios que no sean los míos, pero me confundí yo, no él.
Yo no soy así, ¿por qué lo hice?
No tengo respuesta, solo me queda cargar con la responsabilidad que me ganado, con la humillación.
Me encierro en el baño mientras me miro al espejo.

Mírate, eres una capulla, has perdido al único hombre que te llenaba por completo, el que te sacaba una sonrisa cuando peor estabas, el que te aguantaba cuando ni yo misma podía conmigo.

Lo has perdido, para siempre, quiero desaparecer, irme y que nadie vuelva saber de mí, ya que a nadie le importo lo suficiente como realmente creía.

Me siento sola, completamente sola.

Busco en mi neceser buscando una toallita limpiadoras faciales para quitarne todo el resto de rímel que me queda.

Me dijo en un sacapuntas, se me viene a la mente algo que jamás pensé hacer.

Consigo la cuchilla de aquel sacapuntas donde se sostiene.

Me poso en el lavabo mientras me miro en el espejo y repito mil y una vez 'das asco, lo has conseguido, todo paso a ser todo un pasado, imagínate él, se debe de sentir sucio, engañado, muérete' y no puedo más, coloco la cuchilla en mi delicada piel deslizándola rápidamente dejándome una pequeña marca la cual sale rápidamente sangre.
Mis lágrimas caen de nuevo, mi fuerza desaparece, estoy débil lo puedo notar, mis defensas acaban.
Me siento débil pero aún así vuelvo a notar aquel objeto deslizarse por mi piel mientras mis ojos se cierran fuertemente dejando escapar alguna lágrima.

Me siento en el suelo, derrotada, apoyo mi espalda en el armario del lavabo mis piernas se flexionan hundiendo dejando mis muñecas posadas en ellas. Mi cabeza la coloco en la puerta del armario mientras lloro desconsoladamente.

(...)

Abro los ojos pesadamente observando cada detalle de la sala en la que me encuentro.

Dónde estoy, dónde.

Noto la mirada de una persona muy cercana a mí, la que me intentó ayudar y superar los baches junto a mí.

-¿Dónde estoy? -pregunté trastornada.

-Hija, ¿estas mejor? -me pregunto mi madre acercándose a mí.

-Sí, dime que no estamos donde creo que estamos -digo mirando mis muñecas.

-Te encontré en el baño desmayada, Daniela -me dijo escapándose de su ojo una lágrima.

-No llores, mamá, no quiero hablar de esto ahora, te quiero, os quiero, no culpes a Dani, todo fue mi culpa -dije cerrando los ojos instintivamente.

(...)

Narra Dani.

Dejo mis flores en su grabado nombre mientras miles de recuerdos vienen a mi mente.
Quién diría que esto iba acabar así, yo la quiero, demasiado.

El peso cae sobre mí, no quiero pensarlo así pero y si no la hubiera bloqueado de todos lados, dejando que se explicará al menos.

Estoy dolorido, agotado, mis lágrimas no tardan en desbordarse.

¿Sueño o realidad? ×jdom×Donde viven las historias. Descúbrelo ahora