Te amo

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Me recosté en la puerta luego de cerrarla.
Cerré los ojos dejando salir un gran suspiro.
Fue un día estresante y lo único que quiero es olvidarlo ahora que estoy en casa.

Me quité los zapatos y dejé las llaves en la pequeña mesa.
Miré a mi al rededor luego.
Las luces apagadas, las puertas cerradas...
Parece que Rosé no estaba en casa.

O eso pensé hasta que escuché música en el segundo piso...

¿Rosé~? —La llamé, caminando hacia la música.

Pronto, mientras caminaba por el pasillo, escuché una suave voz.
Sonreí al darme cuenta de que era su melodiosa voz.
Música para mis oídos.
Siempre me pone feliz escucharla.

¿Rosé? —La llamé de nuevo. —¿Estás trabajando en algo nuevo?

Caminé con cuidado a nuestro cuarto.
Abrí la puerta con cuidado y me asomé.
Rosé estaba en nuestra cama con algo en la mano.

Entré por completo y su cabeza se giró al escuchar la puerta.
Sus ojos brillaron al chocar con los míos.
Y una hermosa sonrisa apareció en su rostro.

Hola, bebé~ —Me saludó. —Me alegra que estés en casa

Caminó hacia mi.
Una hermosa flor en su mano.
Me la entregó con una sonrisa y besó mi mejilla.

Rosé... es preciosa

Como tú, My Love~

Me sonrojé y miré el suelo avergonzada.
Ella levantó mi rostro y yo rodeé su cuello con mis manos.
Me incliné para besarla pero algo en la cama llamó mi atención y me separé justo antes de besarnos.

¿Qué es eso? —Señalé la cama, estaba cubierta de papeles de colores, claramente ocultando algo.

Oh... una sorpresa para ti —Tomó mi mano y entrelazó nuestros dedos, pude senti como temblaba.

Estás temblando, bebé

Si~ —Soltó una risa nerviosa. —Solo que... —Suspiró jugando con el anillo en mi mano. —Sé que tuviste un mal día así que hice algo con la intención de animarte

¿Puedo ver? —Pregunté emocionada pero ella se puso de pie detrás de mi, cubriendo mis ojos. —Roseanne, ¿qué hiciste?

Ya lo verás~ —Susurró en mi oído y caminamos hacia la cama. Escuché unos sonidos y sus manos abandonaron mi rostro. —Ya puedes mirar

Abrí los ojos con una sonrisa.
Tenía un par de ideas sobre lo que podría ser.
Pero definitivamente era mejor.

Habían pétalos de mi flor favorita distribuidos en la cama.
Pero no de cualquier forma.
De una forma que me dejó sin palabras...

Leí aquellas dos palabras que he estado esperando escuchar.
Las mismas que he tenido en la punta de la lengua desde hace un tiempo, pero que he tragado por miedo de que sea muy pronto.
De que tal vez lo diga muy rápido...

Pero ahí están escritas con aquellos pétalos:
"Te amo"

Traté de hablar pero las palabras no salían de mi bova.
No importa lo mucho que lo intenté.
Me giré y choqué miradas con mi sonriente novia.
Aunque aquella sonrisa pronto desapareció debido a mi silencio.

Caminé hacia ella hasta quedar cara a cara.
Una vez más rodeé su cuello y la abracé.

¿E-es mucho? —Ahora sí que estaba temblando. —S-sé que no lo hemos dicho pero--

¿Lo dices de verdad?

Desde mi corazón... —Susurró. —Te he amado durante un largo tiempo solo que no sabía cómo decirlo hasta ahora; estuve buscando el momento correcto —Sonrió. —Y hoy me escribiste diciendo lo estresada y triste que estabas, así que mi corazón me dijo que ya era hora

Reí suavemente.
Relamí mis labios nerviosa.

Dilo

Te amo —Pronunció sin un poco de duda, las palabras escaparon de sus labios en un instante. —Te amo, T/n; eres mi mundo entero y amo cada pequeño detalle de ti —Me sonrojé. —No puedo expresar lo mucho que te amo, pero sé que eres todo para mi

¡Dilo de nuevo!

Ella soltó una risa y lo dijo.
Una y otra y otra vez.

Te amo mucho, en serio te amo, T/n

Tenía lágrimas en mis ojos.
Estaba llena de felicidad.
Llevo tanto esperando escuchar esas palabras.

Te amo mucho más, Rosie

Imposible —Negó. —Porque yo te amo hasta la luna y de regreso —Sonrió. —Sin mencionar que tú eres más pequeña, a ti no te cabe tanto amor

Rápidamente me crucé de brazos indignada.
Pero su mano en mi cintura y sus labios chocando contra lo míos me hicieron olvidar todo.
Sentía su corazón contra el mío, cosa que me encanta.

¿Ya estás teniendo un mejor día?

¿Bromeas? —Reí. —Este seguramente es el segundo mejor día de mi vida

Ella frunció el ceño.
Aquellas palabras la confundieron.

Tonta —Le di un empujoncito. —El mejor día de mi vida fue cuando te conocí —Sus ojos brillaron de nuevo. —Nada en este mundo puede ser mejor que eso porque es lo mejor que me pudo haber pasado, te amo

Te amo —Sonrió y me besó de nuevo.

Esta vez el beso era más apasionado.
Su lengua bailaba junto a la mía.
Pronto mi espalda chocó contra la cama, su peso sobre mi.

Reí y rodeé su cintura con mis piernas.
Su sabor me llevaba a lugares inimaginables.
Pronto me sentí totalmente relajada entre sus brazos.
Lo único que podía sentir era felicidad...

Imagina Con RoséDonde viven las historias. Descúbrelo ahora