Es momento de dejar ir

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Supe que algo estaba mal tan pronto ella cruzó por la puerta.
No tenía la típica sonrisa en su rostro, esa sonrisa que alegra mías días, esa sonrisa que tiene cada que me ve en el sofá y corre hacia mi, como un niño pequeño hacia su madre.

Esta vez estaba triste.
Y, a pesar de que intentó ocultarlo, fue completamente en vano.

¿Rosie? —La miré preocupada. —¿E-está todo bien?

Ella negó tomando asiento a mi lado.
Tomó el control remoto y apagó la tele.
Al parecer es algo serio, que haga eso significa que quiere toda mi atención.

Sabes que te amo... —Habló conteniendo las lágrimas. —Por lo que me duele tener que decir esto, pero lo nuestro se acabó

Mi corazón se detuvo.
¿Qué clase de broma es esta?
De los nervios reí un poco pensando que se trataba de una broma, pero las lágrimas saliendo de sus ojos solo dejaban en claro que esto es real.
Lo que tanto temí que pasara, estaba sucediendo justo ahora.

N-no lo entiendo —Traté de contener las lágrimas, pero el nudo en mi garganta se hacía cada vez más grande. —¿A-acaso hice algo mal-

¡No, claro que no! —Negó rápidamente tomando mis manos. —No hiciste nada malo, bebé —Suspiró. —Es solo que hay cosas que están por llegar para el grupo; son oportunidades increíbles y no podré estar cerca de ti —Miró el suelo. —Rara vez estaré en casa y es injusto que te quedes aquí sentada, por meses, sin la certeza de cuando abriré la puerta de nuevo

Rosie... —Me tiré a sus brazos sollozando, ella me abrazó con fuerza. —No quiero eso, sabes que puedo esperar

Sé que si, pero no es justo que te pida que lo hagas —Negó con tristeza. —Mereces a alguien que pueda estar siempre que lo necesites, alguien que te proteja y te ame como yo no puedo hacerlo

Mi cuerpo ya no respondía.
Mi corazón se estaba deteniendo.
El mundo se caía a mi al rededor.

Eres hermosa e increíble, y mereces a alguien que te presuma y te brinde todas las cosas que yo no podré

Yo solo te quiero a ti... —Susurré con tristeza.

Lo siento... —Respondió de la misma forma. —También te quiero solo a ti, pero debo dejarte ir para que puedas ser feliz

¿En serio me estás pidiendo que sea feliz cuando literalmente me estás dejando?

No me odies, por favor —Me miró con tristeza. —Te amo más de lo que he amado a alguien, pero debo concentrarme en mi trabajo ahora y no puedo estar en una relación, al menos no dando mi 100%

Mi respiración comenzaba a cortarse.
Me sentía débil, vulnerable.
Me recosté en su pecho, buscando consuelo.

Entiendo, por eso desde que comenzamos a salir te dije que nunca dejes tu carrera por mi...

Vas a encontrar a alguien que te traiga la luna, lo mereces

Me separé de ella, no sin antes darle un beso en la mejilla.
El último beso...

S-siento que no puedo respirar, así que saldré... —Me levanté del sofá. —Te deseo lo mejor, Rosie

Salí de casa sin mirar atrás.
Sentí como me observaba a través de la gran ventana mientras me subía al auto.

Sollozó golpeando el sofá con fuerza.
Sabía que tenía que hacer lo que creía correcto.
Pero el pensamiento de que nunca volverás, es un dolor que se apoderará de su corazón por el resto de su vida...

Imagina Con RoséDonde viven las historias. Descúbrelo ahora