Imagina Con Rosé

Inseguridad (1/2)

—¡Ahí estás~! —Suspiré aliviada caminando hacia mi novia, quien entraba por la puerta principal.

Estaba tan borracha que apenas podía mantenerse de pie.
Por instinto me acerqué, queriendo que esté a salvo.

—Son casi las 3:00 de la mañana, Rosie —Suspiré. —Dijiste que llegarías máximo a las 2:00 y no pasa nada si tardas más, pero contesta mis mensajes al menos

Pensé que se disculparía y calmaría mi angustia y mis miedos.
Pero para mi sorpresa, solo resopló con molestia.

—Estoy bien, T/n

—Okey... —Traté de ignorar el sentimiento, no quería pensar que le estaba estorbando en ese momento y que por eso se estaba enojando. —Déjame ayudarte a quitar tus zapatos, te traeré agua

—¡No necesito tu ayuda! —Sonaba frustrada. —Soy un adulto, T/n; sé cuidarme

—N-no dije que no sabes —Hablé nerviosa, desabrochando su abrigo. —Solo que estás borracha y me preocupo, así que quiero ayudarte

—¡No me ayudas ni un poco! —Me miró con molestia. —Si de verdad quisieras ayudar, me dejarías sola

Mordí mi labio inferior.
Me disculpé suavemente mientras ella quitaba sus zapatos con rabia.
Casi se cae camino al sofá.

Rodó sus ojos al sentarse.
Se quitó sus aretes y soltó su cabello, dejando que cayera por su espalda y sus hombros.

A pesar de que ella dijo que puede cuidarse sola, aún estaba preocupada.
Está hablando sin pensar y no puedo evitar pensar en cómo subirá las escaleras para ir a cama, sabiendo que apenas puede mantenerse de pie.

—¿Segura que no hay nada que pueda hacer?

—¡Ya te dije que si! Dios~ ¿Acaso no entiendes? —Pasó sus dedos frustrada por su cabello. —¿Podrías dejar de molestarme? ¿Tan siquiera un par de minutos? Eres tan molesta a veces

Eso dolió...
Dolió casi tanto como un dolor físico.

—Eso no fue bonito, Rosie

—Pues es la verdad

Miré el suelo con tristeza.
Siempre me ha preocupado que los demás piensen que soy molesta.
Es una de mis mayores inseguridades.

Siempre me cuestiono si mi presencia es molesta.
Si quieres que me vaya para poder estar en paz.

Es una gran inseguridad y Rosé lo sabe más que nadie.

—Ve a la cama, T/n —Se recostó en el sofá. —Ya deja de molestar

Caminé al cuarto y cerré con fuerza.
Apagué las luces y me tiré a la cama.
Sus palabras resonaban una y otra vez en mi cabeza.
Sollocé una y otra vez hasta que pude dormir.

Sé que mañana se arrepentirá.
Pero no se si la perdonaré tan rápido como querrá que lo haga...