Es mi prima

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Finalmente llegué a casa luego de pasar el día con mi prima.
Ella vive en New York, pero decidió venir a pasar unos días en Seúl, así que fuimos a un café para hablar de lo que nos hemos perdido todo el tiempo que hemos estado separadas.

Tan proto llegué, caminé hacia la sala y me senté en el sofá.
Estaba concentrada en mi teléfono viendo mis redes sociales, hasta que escuché como alguien bajaba fuertemente las escaleras.

Pude sentir como Rosé estaba de pie junto al sofá.
La miré y me estaba enseñando algo en su teléfono.
Examiné la foto y reconocí que éramos mi prima y yo hace un rato.

Es una foto donde ambas nos estamos saludando con un beso en la mejilla y otra foto donde estamos sentadas en el café.
Rosie nunca ha conocido a mi prima, así que claramente no sabe quién es la persona que está junto a mi en aquellas fotos.

¿Quién es ella?

Rosie, ella es mi--

¿Sabes qué? —Me interrumpió. —No te quiero escuchar, no quiero ver con qué excusa sales

Déjame explicar —Me levanté y me acerqué.

Solo tomaré mis cosas y me iré —Subió las escaleras. —No te quiero escuchar

Estás siendo ridícula... —Suspiré caminando tras ella. —Rosie, detente —Tan pronto entré a la habitación, ya estaba empacando todo.

¡No! —Me miró con rabia. —No puedo creer que me hayas engañado luego de decir que nunca lo harías

¡Es mi prima, Chaeyoung! —Le respondí de la misma forma.

Dejó de empacar las cosas.
Su cuerpo se tensó unos instantes.
Pronto su respiración volvió a la normalidad.

¿D-de verdad?

Si quieres le hacemos una videollamada ahora mismo

Ella comenzó a reír y se sentó en la cama. —Y yo que pensaba que me estabas engañando con una más enana que tú

¡Oye~! —Hice un puchero. —No es mi culpa que tú seas tan alta —Continuó riendo. —No es divertido, Park —Me crucé de brazos.

Ya, ya, me calmo —Se acercó para abrazarme.

¿En serio piensas que yo te engañaría? —Caminamos hacia la cama. —Creí que confías en mi, sabemos que sin confianza es difícil

Lo sé, solo que mis celos despertaron al ver esa foto —Se disculpó. —Vi como hablaban de ti en redes y eso me puso peor —Hizo un puchero. —Lo siento, yo confío en ti

Te perdono —Ella me recostó en la cama y se acostó sobre mi, poniendo su rostro en mi pecho. —Pero no olvides que no te dejaría por nadie más

Te amo —Besó mi mejilla.

También te amo, Rosie —Sonrió y me dio un beso por un largo rato.

Se separó cuando comenzamos a jadear y se recostó de nuevo en mi pecho.
Comenzó a mover su cabeza una y otra vez; reí por lo hormonal que es.

Tus pechos son cómodos

¡Roseanne! 

Imagina Con RoséDonde viven las historias. Descúbrelo ahora