Canta

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Los pies de Rosie se movían silenciosamente por el suelo del dormitorio mientras regresaba a la cama que compartía conmigo.
He estado durmiendo durante casi una hora mientras Rosé deseaba poder tener el mismo sueño pacífico.

Wheein está dando una gran pelea esta noche.
Entre afirmar que escuchó un ruido extraño en su habitación y que no puede dormir sin otra historia, ha regresado a la habitación dos veces esta noche desde que la llevé a la cama hace un tiempo.

Sin embargo, se negó a despertarme y descubrió que Rosé era a quien quería más esta noche.
Fue lindo al principio.
Pero ahora Rosé estaba agotada y cada vez que estaba a punto de quedarse dormida, el toque en la puerta se escuchaba de nuevo.

Ya han pasado minutos y ella ha estado esperando el sonido de pequeños pies en el suelo, pero lo único que se escucha son los grillos fuera de la ventana y una respiración suave a su lado.

Pensando que ya ambas estaban dormidas, dejó que sus ojos se cerraran de nuevo, comenzando a dormirse.
Estaba cayendo en un sueño tan profundo, que ni siquiera escuchó la puerta abrirse de nuevo.

Pero el roce de unas pequeñas manos contra las suyas, hizo que despertara de nuevo y gimiera de cansancio mientras la pequeña niña que estaba ahí, la miraba con miedo y con tristeza.

Hay un monstruo —Habló tirando de la mano de Rosie, llevándola hasta su habitación.

¿Dónde, pequeña? Dime dónde lo viste

Se metió de nuevo bajo las sábanas mientras señalaba bajo su cama.
Rosie se agachó y echó un vistazo bajo la cama, solo para encontrarse con la sorpresa de que no había nada excepto sus juguetes.

Tengo buenas noticias, pequeña —Se levantó. —No hay monstruos

Oh... Q-quiero decir, ¡Está ahí! —Señaló su armario y Rosie arqueó sus cejas ante el repentino cambio de historia, pero aún así miró el lugar esperando que Wheein se calmara y se durmiera.

Todo a salvo

¿Segura?

Rosie sonrió ante la pregunta y se sentó junto a Wheein. —Bien, ¿Qué pasa contigo? ¿No estás cansada?

Se podía ver que lo estaba.
Sus hombros estaban un poco tensos y su rostro se veía cansado.
Pero la pequeña se veía persistente en mantenerse despierta y mantener a Rosé con ella.

Dime qué sucede, estoy aquí para escucharte —Susurró mientras acariciaba el cabello de Wheein y acomodaba unos mechones rebeldes tras su oreja. —¿Por qué no quieres ir a dormir?

Te extraño —Confesó y dejó salir la tristeza que tenía guardada mientras sus ojitos se volvían tristes y un puchero aparecía en sus labios.

También te extraño —Rosie susurró sonriendo, y la pequeña Wheein rápidamente se acomodó en sus brazos. —Sé que he estado ocupada y lo siento; mi trabajo a veces es complicado... —Suspiró mientras dejaba caricias en la espalda de la pequeña Wheein. —¿Sabes qué? Fingiré estar enferma mañana —Sonrió. —No tienes que ir a la escuela así que podemos tener un día divertido, solo nosotras tres —Wheein rápidamente asintió.

Bien... Pero si quieres que eso suceda, debes dormir un poco —La acomodó. —No quieres estar cansada en nuestro día de diversión, ¿Verdad? —Rápidamente se metió bajo las sábanas y mostró su típica "Gummy Smile".

Buenas noches, ternurita —Besó su cabecita pero Wheein frunció el ceño y tomó su brazo con su manita. —¿Qué pasa, bebé? ¿Necesitas otra historia?

Canta

Rosie en ese instante supo que Wheein no aceptaría un "no" como respuesta.
Considerando el agarre de su manito, Rosie no tuvo otra opción que acomodarse en la pequeña cama de Wheein y ponerla en su pecho para poder cantarle su canción favorita.

Con unos versos de la típica canción "estrellita", que es otra cosa que le encanta a Wheein y que ha memorizado a estas alturas, la pequeña estaba profundamente dormida.

¿Cuál era el problema en ese momento?

La cabeza de Wheein estaba completamente sobre el pecho de Rosé, su pequeña oreja sobre su corazón y pequeños suspiros chocaban contra la camisa de Roseanne.
Una pequeña mano sostenía con fuerza la pijama de Rosé, para asegurarse de que no se fuera en la noche.

De ninguna forma podría salir de esta...

Entonces, agarró la pequeña sábana que estaba en la cama.
Esta era suficientemente grande para cubrir a Wheein o parte de la pierna de Rosie, si es que ella elige quedársela para ella misma.

Pero cubrió a Wheein y se aseguró de que el conejito estuviera en sus brazos, entre ambas.

Esto me va a doler en la mañana —Murmuró para si misma mientras intentaba acomodarse en la pequeña cama. —Pero vale la pena... —Sonrió al ver a la pequeña niña que estaba recostada en su pecho, aferrada a ella.

Finalmente se acomodó en la cama y se sintió lo suficientemente cómoda como para quedarse dormida. —Buenas noches, cariño... —Susurró y acarició el cabello de Wheein lentamente.

Cantó unos cuantos versos más de otras canciones hasta quedarse dormida.

Sabía que al menos la mañana siguiente sería divertida...

Imagina Con RoséDonde viven las historias. Descúbrelo ahora