Usada (2/2)

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Luego de recibir ese texto de Rosé me sentí vacía.
Así que ella finalmente está saliendo con el dientón...
Y tuvo que usarme a mí para lograr que él la invitara a salir.

Aunque eso ni siquiera hizo que mis sentimientos por ella se terminaran.
Aún haría lo que sea por ella y ahora solo estaba pensando en qué es lo que haría cuando él rompa su corazón.

En serio necesito ponerme a mi misma en primer lugar, pero hoy no será el día.

Lavé mi rostro con un poco de agua, intentando reducir el color rojizo de mis ojos, y regresé a mi habitación.
Entré y pude ver a mi hermana sentada en mi cama.

Una vez se dio cuenta de mi presencia, me indicó que me sentara a su lado, y eso hice.

Dime qué fue lo que pasó, te vi llegar llorando

No es nada, María, no te preocupes —Sonreí falsamente.

No me gusta que se preocupe por mi.
En especial porque nadie sabe lo que siento por Rosé, y quiero que se quede así.

T/n, no mientas

No te miento, Hwasa, solo olvídalo —Suspiré con tristeza.

Así que es por Rosé —Habló luego de unos segundos pensando.

¿Q-qué? —Sabía que mi hermana es bruja.

Bingo —Sonrió.

¿A q-qué te refieres?

Tal vez el resto sean tontos, pero yo soy tu hermana y es más que obvio que estás enamorada

Oh...

No sabía qué decir.
Pensé que era buena ocultando lo que siento.
Parece que no para mi hermana.

Así que, una vez más, ¿qué fue lo que pasó?

Ya no había razón para mentir.
Le conté todo.
Desde que me enamoré, cómo estuve ahí cuando le rompían el corazón...
Y como me lo rompió a mi al usarme.

Si les digo que mi hermana estaba furiosa, sería una tontería.
Pude ver cómo el humo salía de sus orejas.
Se levantó y caminó hacia la sala para coger sus llaves.

Detente, María —La tomé del brazo. —¿A dónde vas?

A darle a esa puta su merecido

No le digas así —Respondí y ella me miró. —Solo déjalo así, no vale la pena

Bien...

Pero ya que tienes tus llaves... —Le sonreí con ternura y ella suspiró.

Si, si podemos ir por helado, enana

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El viaje en el auto estaba siendo divertido.
Hasta que la mencionó.

¿Entonces qué harás con ella?

Seguiré siendo su amiga

Eres una imbécil —Llevé una mano a mi pecho, fingiendo estar indignada. —¿Acaso no ves que ser su amiga te lastima? Está bien si ella no siente lo mismo pero eso no le da el derecho de usarte

Pero si yo no estoy ahí para ella, nadie más lo estará —Suspiré. —Soy yo quien la anima cuando está triste

Ese no es tu trabajo, necesitas acabar pronto con esto —Negó. —Ella no tiene por qué tratarte así

Imagina Con RoséDonde viven las historias. Descúbrelo ahora