Tengo una hija

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Me senté en el suelo de la habitación junto a mi pequeña hija, Lily.
Habían juguetes en el suelo, estábamos esperando que Rosie llegara.
Así que me quedé a jugar un rato con ella.

Este es un gran día.
Llevo casi 8 meses saliendo con Rosie y hoy, por primera vez, conocerá a Lily.
Hemos hablado mucho de ella, así que ya la conoce un poco.

Al principio tuve miedo de admitir que tengo una hija.
Quiero decir, tan solo tengo 22 y ya tengo una hija de 5 años.
No cualquiera aceptaría tener una novia así...

Por eso no estaba segura de presentarle a mi pequeña.
Lily tiene un corazón muy grande y se aferra con facilidad a las personas; en especial porque siempre hemos sido ella y yo, así que cualquier persona nueva la atrae de inmediato.
A excepción de mis padres y algunos amigos míos que nos visitan de vez en cuando.

No quería romper su corazón presentándole a alguien que termporalmente se iría.
Pero confío en Rosé.
Cada día se encarga de hacerme sentir especial y me ha permitido conocerla de manera genuina.

Puedo decir que lo nuestro va en serio.
Estamos en la misma página, tenemos metas, comunicación, estamos en una buena construcción de la relación.
Sin mencionar que estoy perdidamente enamorada de la peliroja; lo cual comprobaría una vez más el día de hoy.

El timbre sonó abajo y un mensaje llegó a mi teléfono.
Rosé había llegado.

Respiré profundamente un par de veces y tomé la mano de la pequeña Lily. —Ven, quiero que conozcas a alguien y estoy segura de que la amarás tanto como yo

Ella me sonrió con ternura y bajamos las escaleras con cuidado para que no tropezara.
Al abrir la puerta, me encontré con esos ojos que tanto adoro...

¡Hola~! —Me abrazó besando mi mejilla y bajó la mirada.

Su sonrisa creció aun más al ver a la pequeña abrazando la pierna de su madre.
Sus miradas se chocaron un instante y Rosé pudo ver como Lily observaba atenta el peluche que traía como regalo.
Hace unos meses T/n le había dicho a Rosé que el animal favorito de Lily eran los conejos, y al parecer lo recordó.

Hola, Lily —Sonrió arrodillándose frente a la pequeña. —Me llamo Rosie y estoy muy feliz de conocerte —Le extendió el pequeño peluche. —Tu mamá me contó que adoras a los conejitos, y traje este especialmente para ti

La pequeña tomó aquel regalo entre sus manos con una gran sonrisa.
Miró a su madre por unos instantes, parecía que se comunicaban con la mirada.
T/n al instante asintió con una sonrisa y la pequeña Lily saltó a los brazos de Rosé dejando salir una tierna risa.

Gacias, Rosie~

Es un placer pequeña

Rosie entró a la casa y sintió unos deditos entrelazarse con los suyos.
Miró hacia abajo y se encontró con una pequeña Lily tirando de su mano, intentando llevarla hacia las escaleras.

¿A dónde vamos? —Preguntó con una risa.

Quiere mostrarte su habitación y sus juguetes

Rosé sintió como la felicidad llenó su cuerpo de pies a cabeza al escuchar las palabras de su novia.
Para nadie es un secreto que Lily es bastante tímida, así que saber que quería mostrarle su espacio personal era algo bueno.
Sobretodo porque quería jugar con ella, no solo quería mostrarle sino que genuinamente quería interactuar con ella.
Rosé se sentía por los cielos.

¿T-te estás divirtiendo? —Le pregunté un tanto nerviosa, temía que no la estuviera pasando bien con mi hija.

¿Bromeas? —Tomó mi mano y dejó un corto beso en esta. —¡Este es el mejor día de mi vida! Y Lily es mucho más hermosa de lo que dijiste, es como si fuera tu gemela —Soltó una risa. —La forma en la que ríe, su forma de hablar, de caminar, su personalidad... es igual a ti —Besó mi mejilla, yo miraba a mi pequeña mientras escuchaba cada palabra. —Y por lo que veo, ella es tu mundo

La amo como no tienes idea... —Murmuré recostando mi cabeza en el hombro de Rosie, ambas mirábamos como Lily acomodaba los juguetes que quería usar. —Veo que le agradaste —Sonreí. —Por cierto, gracias por el peluche, no era necesario

No me agradezcas —Su mano viajó por mi cintura. —Así, cuando yo esté fuera, ella tendrá el conejito para recordarme

Tienes razón —Miré a Lily, el peluche permanecía entre sus manitas. —Al parecer nunca lo perderá de vista

Sentí sus labios en mi mejilla y Lily se acercó.
Comenzó a contarle sobre sus juguetes y a decirle cada uno de sus nombres.
Por cierto... Fue divertido ver como Lily casi obligaba a Rosé a jugar.

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El tiempo avanzó rápidamente mientras jugaban.
Ahora estaban en la sala viendo la película favorita de Lily, quien estaba sentada entre las Rosie y T/n.
Pronto se quedó dormida, abrazando el brazo de Rosé con fuerza.

La dejaste agotada con tantas fiestas del té —Reí suavemente al ver la cara de Rosie.

Ella soltó una risa y T/n tomó a la pequeña entre sus brazos para llevarla a la habitación.
La cabeza de Lily cayó suavemente contra el hombro de su madre, haciendo que sus ojos se abrieran unos instantes pero luego se comenzaron a cerrar una vez más.

Sin embargo, al darse cuenta de que Rosie no caminaba con ellas, lloriqueó.
Sus manitas se estiraron hacia la mayor, quien estaba al otro lado de la habitación.

Rosé al escuchar los quejidos de la pequeña, se acercó a T/n y caminó junto a ellas hasta llegar a la habitación.
T/n caminaba con cuidado, tratando de no tropezar con los juguetes para que no comenzaran con sus canciones.

Mi conejito~ —Le entregué el peluche y pude ver como Rosé sonreía al ver que el tierno regalo había hecho feliz a mi pequeña.

Buenas noches, angelito —Besé su mejilla. —Duerme bien

Buenas noches, cariño —Esta vez fue Rosé quien acarició su espalda con una sonrisa.

¿Vendrás mañana? —Escuché la voz de Lily cuando Rosé y yo estábamos a punto de salir. —¿Volverás?

La mirada de Rosé se posó sobre la mía y yo asentí, así que ella miró a Lily y repitió mi acción.

Claro que lo haré, pequeña, ahora duerme para que podamos vernos mañana

La pequeña corrió hacia sus brazos para darle un fuerte abrazo.
Besó su mejilla y regresó a su cama, durmiendo al instante.

Al salir de la habitación, dejé la pequeña luz prendida y la puerta medio abierta; tal y como le gustaba a la pequeña.
Fui tras Rosie, quien ya estaba terminando de bajar las escaleras, mis ojos comenzaron a llenarse de lágrimas.

¿T/n? —Se acercó preocupada. —¿Estás bien? ¿Qué pas--

Me tiré a sus brazos, abrazándola con fuerza y sollozando. —Te amo, Rosie —Susurré contra su cuello. —No solo me tratas bien y me amas como nadie lo ha hecho, ahora también haces feliz a mi hija; nunca la había visto tan feliz

Adoro a esa pequeña, princesa —Me abrazó con una sonrisa. —Hoy llenó mi corazón de alegría, tal y como lo haces tú

Gracias por hoy —Recosté mi cabeza en su hombro. —Estoy emocionada por verte de nuevo mañana, pero sé que alguien me gana en esa emoción...

Y yo estoy más que feliz de ver a mis 2 chicas favoritas —Besó mi mejilla. —Te amo, T/n

También te amo, Rosie —La abracé rodeando su cuello y ella pasó sus manos por mi cintura, dejándonos llevar por un tierno beso.

Ahora me queda más que claro: ella es la indicada.

Imagina Con RoséDonde viven las historias. Descúbrelo ahora