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La camioneta se detiene frente a su casa, el observa desde su asiento el lugar.

Desde su partida Max no a podido volver a ver el mundo con la misma paleta de colores de antes.
Todo se ve tan gris, tan opaco.
El chofer del momento le abre la puerta, no quiere bajar.

-llagamos señor Verstappen- le indica el hombre sosteniendo su puerta.

-llévame a un hotel- le ordena.
-no quiero estar aquí- el hombre parece comprender de inmediato qué pasa por que cierra la puerta y se sube de nuevo al carro.
Han pasado sólo cuatro meses.

Max ha tenido que acudir a múltiples terapias, medicamentos como estupefacientes y Psicotropicos.
Solo que no puede vivir de ellos como le gustaría.
Algunos de ellos pueden ocasionar que su rendimiento baje y ante todo eso no lo puede permitir.

La pista es lo único que le queda.
Subirse al monoplaza y correr parece ser la única cosa que lo hace sentir vivo.
Aquello suena ilógico, por que Max aún siente cierto recelo por todo lo que hizo que Sergio se marchara.
El hombre mayor quien conduce el auto, se estaciona de nuevo y esta vez el solo abre la puerta.

Tiene una semana de descanso y Christian lo ha envido a casa a descansar pero el no puede respirar entre aquellos cuartos.
Desde que Sergio se ha marchado el no se atreve a pisar aquella casa.
Teme que pueda contaminarse, que si entra el olor de Sergio desaparezca.

Más haya de eso, hay un miedo que no deja de consumir su alma.
Teme regresar al mismo lugar en donde vivió con el, solo para recordarse que no volverá.
Que ahora está solo en esa enorme casa, llena de fantasmas llamados recuerdos.
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Feliz día de san Valentín!

Chicos hoy hay doble capítulo! Así que ténganme paciencia!

¿Que les pareció?

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