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Hay una mentira que muchas veces escucha.
*el tiempo siempre cura*

An pasado once meses desde que el mundo vio partir a Sergio Pérez.
A tenido ya muchos compañeros todos son unos ineficientes.

Su mala reputación va en aumento con cada carrera.

~el Niño mimado lo vuelve hacer~
~Verstappen y su odio contra el mundo~
~el berrinche de un adulto~

Son muchos los títulos que le ponen pero a él parece no importarles.
Incluso si Christian lo reprende o castiga no puede cambiar.

Max simplemente ya no sabe que hacer para ser feliz.

Llegar a casa, es ahora una completa tortura.
La soledad le recuerda que no hay nadie esperando por el, que no hay quien se sienta orgulloso de él a pesar de sus incontables logros.

Charles le aconsejó ir con un terapeuta.
Dice que eso ayuda.

Max sabe que contar sus problemas a un extraño es cosa de tontos.
Eso le decía su padre.

En el pasado no funcionó, no cree que ahora lo haga.

Por otro lado...
Su padre, la última vez que lo vio negó cualquier lazo que tuviera con el joven piloto.
Max no se siente sorprendido pero si se siente herido.

Esta cayendo y no sabe como evitar la caída.
Ni si quiera sabe si la quiere evitar.
Siente que está quedando loco.
Escuchando su nombre en lugares solos y perdiéndose incluso en su propia casa.

El calor lo pone de un humor terrible.
Su misión está en la pista no en las tontas entrevistas.

Las entrevistas...
Con Checo siempre había toques discretos y miradas traviesas.
Ahora está solo.

Observa el micrófono demasiado grande frente a él.
Sabe que son preguntas tontas y aún así no sabe si podrá responderlas.
Siente que su mente a veces se desconecta.

Escucha que la puerta se abre y como alguien desde fuera dice que la grabación comienza en diez.

El neerlandés deja de respirar, cuando lo ve.

Frente a él hay un chico tal vez de veinte a veintidós años.
Su cabello es castaño lo lleva algo largo cubre su frente, ojos chocolatosos y brillantes.
Sus mejillas y nariz están repletas de pecas, una constelación nueva, con piel ligeramente bronceada por el sol y labios delgados pero definidos.

Es igual a Sergio.

Max nunca creyó en las reencarnaciones y aún así siente que frente a él está su pareja con unos años menos...  y vivo.

Se levanta de su asiento y por instinto lo toma en sus brazos.
Su cuerpo parece haber recibido una sobredosis de energizante, su corazón latiendo como loco, sus manos sudando y su rostro caliente.
El chico parece estar sorprendido, se queda quieto mientras siente el fervor del abrazo.

Es su primer día de trabajo y no sabe si aquello es normal.
Así que se anima a corresponder el abrazo.

Sabe que a quién está abrazando es Max Emilian Verstappen el campeón mundial de la F1.
A quien la prensa a destrozado por un comportamiento grosero y tosco.

Observa a su compañero con una clara pregunta en su cara.
¿Que hace?

El representante del corredor o su asesor de imagen se queda tan quieto que parece de cera hay una clara mueca de sorpresa en su rostro, lo escucha ordenar que apaguen cámaras y salgan del estudio.
Lo que inquieta aún más a Sebastián.

El no quiere estar a solas con Verstappen.
No cuando vio cómo hace solo tres meses atrás le rompió la cara a un camarógrafo.

El abrazo pronto está perdiendo fuerza y Sebastián puede respirar con más tranquilidad.
Pero son las manos traviesas del neerlandés la que lo mantienen cerca.
Hay un brillo de añoranza en sus profundos ojos azules.
Son brillantes como las aguas de Santorini.

Aquello hace que Sebastián se ponga rojo.
Nunca nadie lo a mirado con aquel anhelo.

Sus manos acarician con suavidad su rostro y la incomodidad de Sebastián no puede aumentar.
O eso cree el cuando siente los labios fríos de Max sobre lo suyos.
Un beso suave y superficial.

-Estás de vuelta- lo escucha decir mientras besa su frente.
-sabía que no podías dejarme solo- hay una risa floja antes de volver a abrazarlo.

-sabía que no podías dejarme solo- hay una risa floja antes de volver a abrazarlo

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Hola querido lectores.
La verdad es que tube una dura lucha interna si seguir o no con esta historia y como si fuera señal del destino la aplicación no cooperaba, subía el capítulo y después no se guardaba bien o se eliminaba, pero aquí estamos de nuevo listos para seguirla y darle el final que se merece.

Cuando piensen en Sebastián imagínense a nuestro checo bebé cuando apenas comenzaba su aventura en el extranjero.
Todo tiene una explicación les aseguro.

Una disculpa por el retraso!

Nos leemos después ❤️

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