Capítulo 10

1 0 0
                                    

Vlair

Estaba sentada en el Parque Bowery, bajo la sombra de un árbol leyendo El cuento de la criada mientras sentía el aroma de la costa. Era sumamente relajante y lo sentía como una terapia para mí.

Habían pasado unas cuantas horas cuando supe que tenía que levantarme a comer algo. Mi estómago pedía un poco de comida después de cinco horas.

No sabía exactamente a dónde ir, pero mientras caminaba por una de las calles cercanas a la playa encontré un lugar que parecía bastante atractivo y con buenos precios y me metí.

Se veían buenos platillos, algunos de la zona y otros no tan conocidos. Terminé pidiéndo algo que no tenía idea de qué era pero sonaba bien milanesa de carne con papas. Me atendió un amable señor que tomó el pedido y me dijo que esperara.

Después de unos diez minutos, en una parte más a la izquierda de donde recibían los pedidos, se acercó un chico y gritó mi nombre. Si no hubiera sido quién era, no me hubiera inmutado. Pero ese chico que gritó Vlair Manchester era Giuliano. Giuliano Lively.

Él me conocía perfectamente y cuando me entregó el pedido me guiñó un ojo. Me limité a sonreír. Desde nuestro pequeño encuentro hace tres días, apenas habíamos hablado.

Cuando terminé de comer el plato —que estaba muy rico— se acercó Giuliano y se sentó en mi mesa.

—Hola Vlair.

¿Qué pretendía hacer conmigo ahora?

—Hola Giuliano —parecía como si le estuviera respondiendo igual de áspera que él, pero la verdad que no sabía qué decir.

—Pues bueno lo de la otra vez... —se detenía mucho para hablar— fue una confusión. No pasa nada con nadie. La verdad que últimamente estuve de rollo en rollo cada noche, pero desde que te ví a ti no puedo dejar de pensar en vos.

La noticia me tomó un poco aturdida ¿se había enamorado de mí? Yo apenas le había dado un poco de atención, estaba muy centrada en muchas otras cosas y la verdad no estaba enamorada de él.

—Se que puede parecer como un baldazo de agua para tí, pero quiero conocerte Vlair. Quiero que empecemos desde el principio.

Mis pensamientos se amontonaban y tenía que decir algo. Desde que llegó a la mesa, solo había hablado él.

—Déjame pensarlo —¿en serio necesitaba pensarlo? No, la respuesta era obvia, pero aún así necesitaba saber un poco más de todo lo que pasaba.

Hizo un gesto disgustado pero aceptó y luego se despidió, yendo nuevamente hacia la parte interior del lugar.

Por alguna razón, yo me sentía temblando. A punto de estallar.

Mientras caminaba para llegar a mi casa no podía dejar de pensar en todo lo que había pasado. La sinceridad de Giuliano era increíble. Yo no lo hubiera hecho ni en años. Pero lo entendía, yo tampoco podía dejar de pensar en él desde esa noche en la que terminamos en su cama, pero tampoco podía mirarlo y esperar conocerlo de cero cuando nuestro segundo encuentro fue algo sexual.

Cuando llegué al departamento, me llegó una notificación del instituto al que iba a asistir por las clases de verano que había logrado conseguir.

¡Bienvenida al Instituto Alemán de November!

Nos complace notificarle que ha sido aceptada para el Curso de Intensificación en Idiomas del Departamento de Idiomas. Empezará a cursar a partir del 2 de enero, con fecha final el 25 de febrero.

Esperamos su confirmación, Saludos Cordiales

Travis Ferrer, Jefe del Departamento de Idiomas

IRCN - 75 AÑOS

Fantástico, ahora tendría algo de lo que ocuparme que no fuera todo este desastre amoroso con Giuliano.

Ya eran las cinco de la tarde cuando tenía todo organizado y como tenía todo el tiempo libre de ahí en adelante, decidí ir a la playa. Me puse la parte de abajo y la de arriba de la malla y un vestido arriba. No creo que meterme al agua a esta hora sea muy bueno ya que debe estar helada, pero capaz que se daba.

Cuando llegué saqué de la bolsa una manta en la que me senté y puse lo que necesitaba para ser feliz: 

woodvaleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora