Capítulo 32

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Rebekah

Ayer al despertarme había notado la desaparición del auto de enfrente —el hogar de Avril— que, si no mal recuerdo, era de la madre. Tampoco había visto a ninguna de las dos mujeres de esa casa. Solo al hermano más chico.

Hoy me tocaba redactar un artículo sobre el futuro Superbowl por lo que, como la rutina ameritaba, había salido al balcón con mi laptop y —a excepción de todos los días que prefería un café helado— hoy había comprado un té frío que se me hacía interesante probar. Era de mango, maracuyá y ananá si no mal recuerdo y la verdad era una explosión de sabores en mi lengua.

Mientras revisaba la información que tenía otorgada por la prensa, no podía parar de pensar en la casa de enfrente. ¿Había pasado algo? No podían aparecer y desaparecer de la nada. Estuve al tanto de ellos lo más que pude y sin embargo no tenía idea.

De pronto una luz se iluminó en mi cerebro. Mañana era la clase de pilates, y en vez de mandar por el grupo el aviso lo mandaría por privado para ver si Avril me respondía.

Antes de mandarlo me detuve a pensar. ¿Por qué estaba tan interesada en lo que ocurría en esa familia? Ni yo sabía por qué, pero me gustaba tener un mínimo control sobre los sucesos que ocurrían en la cuadra.

Dos horas después, cuando ya tenía casi el informe armado, noté que el chico de los ¿Carpenter? Creo recordar que ese era el apellido de Avril, llegaba a su casa con tres chicos más de su misma edad. Aparenta tener catorce o quince años según lo que yo veía pero no estaba muy segura.

Uno de los que estaba caminando gritó algo que mis oídos llegaron a oír, por lo que probablemente había sido muy fuerte o había suficiente silencio en la calle.

—¿Nos podemos quedar unos días más Alejo?

No llegué a escuchar lo que le contestaba Alejo, Alejo Carpenter —ahora ya sabía su nombre— pero seguía con la intriga de qué pasaba en la casa de enfrente, porque ellos parecían quedarse y las mujeres del lugar no aparecían por ningún lado.

En ese momento, como si hubiera invocado a alguien, sonó mi teléfono indicando que recibía una notificación. Era de Avril, casualmente

Hola Rebee, mañana no voy a asistir por problemas familiares, aunque me encantaría estar.

¡Te felicito por ser la profe suplente, suerte! 

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