Capítulo 21

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Avril

Hoy realmente tuve que ir al hospital porque me sentía muy enferma. Tenía úlceras en la boca, fiebre, dolores de cabeza y los hematomas aparecían cada vez más.

La doctora me miraba y sentía que estaba muy expuesta. Le contaba todo y ella asentía. Luego me reviso y al final no encontró nada diferente.

—Bueno, tendrás que hacerte dos exámenes. En el segundo piso, subiendo la escalera a la izquierda podrás solicitarlos. En caso de que no nos revelen nada y aún sigas con síntomas... tendrás que ir a hospitales de alta complejidad. En Northern Branca o en Grace's State —siguió escribiendo en otro papel y luego me dio tres papeles—. El tercer papel es un medicamento que, por lo menos temporalmente, debería darte un alivio.

Asentí a todo y luego subí al segundo piso en busca de los exámenes.

Cuando me atendieron, me dijeron que tenían disponibilidad para dentro de dos meses. Era imposible, no podía atenderme en este lugar y necesitaba ir a Northern Branca. El problema es que mi madre no sabía nada de esto. Ni de los síntomas, ni de esta cita con el médico. Probablemente se volvería loca y, además, saber que tenemos que terminar nuestras vacaciones antes de tiempo porque —considerando que en dos semanas era navidad— las fiestas las pasaríamos allá.

Por ahora mi mejor idea era tomar el medicamento —que no entendía cuál era por la letra del médico— y ver si me aliviaba. En el caso de que se solucionara, no sería necesario contarle todo esto a mi madre y me aliviaría un problema grande.

Cuando llegué a mi casa entré y cuando estaba por pasar por la cocina para buscar algo de comer escuché que estaban Joaquín y su novia, January, hablando.

—Ellos no lo saben, y no tienen por qué saberlo. Probablemente mi tía se molestaría e hiciera un escándalo. Un logro bastante grande de por sí es que te dejó entrar a su casa.

¿De qué estaban hablando? ¿Secretos? ¿Qué no debíamos saber?

—Sí amor, lo sé —esa era January— pero me preocupa que se enteren de alguna manera luego y fuera peor. Esto es hermoso pero es peligroso lo que pueda pasar.

—Tranquila mi amor, no lo sabrán nunca. Por más que tengas dieciséis yo no miro tu edad, porque tú eres mucho más y tu mentalidad es más grande que cualquiera de tu edad.

¿Qué? Joaquín tenía veintiún años y ella dieciséis. Esto era ilegal... y nadie hacía algo. ¿Sus padres sabían? ¿Alguien fuera de ellos lo sabía? Claro, con nosotros no pasaba nada porque al no conocerlos no levantaran sospechas, de hecho yo a January le daba aproximadamente diecinueve años.

Entonces este era un secreto entre ellos. Pero ¿qué podía hacer yo? Decírselo a mi mamá provocaría problemas y lo que más evito actualmente es tener problemas.

Me fui lentamente hacía el pasillo con intención de subir las escaleras y, justo cuando estaba por doblar para subir un escalón escuché una voz femenina hablarme. Mierda, me habían descubierto.

—¿Avril? —me recordó a nuestra primera y creo que única interacción— ¡Ya llegaste! —sonaba muy falsa— Estábamos en la cocina viendo qué cocinar.

Me dí vuelta para hablar con ella cara a cara y no de espaldas porque la verdad que era medio raro.

—Oh, yo estaba por ir a mi habitación a dejar mis cosas y venir justo también a ver qué comer —era verdad y mentira, lo quería hacer al revés hasta que escuché lo que hablaban. ¿Será que ellos saben que los escuché, o esta conversación la está haciendo desde lo más sincero de su corazón January?

—Bueno, pensábamos pedir unos tacos porque no teníamos muchas ganas de cocinar —justo Joaquín la agarró por atrás y se apoyó la cabeza sobre ella con las manos envolviéndola. Si no fuera mi primo, vomitaría en frente de él—. ¿Qué te gusta a tí? Busqué y encontré una que está bastante cerca. Tiene cerdo, vaca, cordero, pollo, vegetariano...

—Creo que el de cerdo estaría bien. Por las salsas no tengo problema, pidan lo que quieran —dios, me quería ir a mi habitación ya. Por suerte, asintió y decidió liberarme.

—Bueno, le diré a Joaquín que te llame cuando esté.

Fui casi corriendo a mi habitación y cuando me puse a pensar en todo era increíble. Demasiado había pasado en un día. Lo de Joaquín y Avril, lo de volver a Northern Branca, lo de las pastillas...

Me sentía un poco perdida la verdad. Estaba divagando demasiado en mi mente, pero es que no encontraba otra manera de olvidarme de todo.

Unos veinte minutos más tarde Joaquín se acercó y tocó la puerta, dijo que la comida ya había llegado.

Estaba por bajar cuando Joaquín me agarró en el medio del pasillo y me llevó a su habitación ¿qué estaba haciendo? Aunque le pedí que me explicara qué pretendía, no me habló hasta que llegó a su habitación arrastrándome y cerró la puerta.

woodvaleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora