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Angel no podía soportarlo más.

Debió saber desde un inicio que su definición de "divertido" y la de Charlie no congeniaban en los absoluto, por lo que, cuando por fin llegó el momento de conocer a su supuesto tío cool, se dio cuenta de que se trataba de un hippie que predicaba sobre el amor, el pan y sabrá el cielo qué más.

Solo había llegado con algo de vino que él mismo había hecho en algún viaje a un viñedo y Angel se negó a probarlo después de escuchar la historia de cómo había aplastado las uvas con los pies.

Vaggie parecía haberse entendido mejor con él y ahora no tenía con quien más conversar.

Charlie estaba en la mesa principal, hablando con su abuelo a una velocidad que complicaba el leerle los labios y no podía enterarse bien del drama familiar.

Sacó su teléfono para intentar distraerse y alzó las cejas al ver que tenía mensajes de un número desconocido. Dudó pero los abrió y, al leerlos, se dio cuenta de que eran todos de parte de Valentino... Pidiendo perdón. Suplicándole que regresara, que su vida no era lo mismo sin él y que su cama se sentía sola y helada por su ausencia. Lo extrañaba. Lo quería, lo amaba. Angel sintió algo de ahogo y presión en el pecho.

Aún tenía las secuelas de lo que val había hecho pero los mensajes... Realmente parecía arrepentido. Y de todos modos... Eran cosas que pasaban. Val era así pero al final siempre terminaba regresando a buscarlo.

Incluso se había tomado el tiempo de mandarle mensajes desde otro número, a pesar de que Charlie y Vaggie lo habían hecho bloquearlo y eliminar el anterior.

—Voy a hacer una llamada — le dijo a Vaggie —. Molly — explicó y ella asintió, dejándolo pasar cuando él se levantó para escabullirse por el jardín hasta salir al área donde estaban los autos estacionados. Había varios choferes dentro de los coches durmiendo o viendo películas en sus teléfonos mientras la fiesta terminaba.

Angel se alejó lo más posible y respiró profundo un par de veces antes de marcar el número.

Mi Angelito — la voz suave de Valentino casi era como una caricia —. Mi amor, mi vida, pensé que no me llamarías. Estaba a punto de salir a buscarte.

—¿De verdad...?

—Por supuesto — aseguró Val —. Te extraño tanto... Fui un imbécil al ponerme así contigo, amor... Pero estaba ya al puto límite y no debí desquitarme contigo — Angel apretó un poco los labios —. No tienes idea de lo arrepentido que estoy y... no quiero perderte. Solamente tú me entiendes, tú sabes cómo hacerme feliz... ¿Por qué no vienes ahora? Podemos hablarlo, amor, podemos resolverlo... Solamente tú y yo.

Angel volteó a ver hacia donde estaba la fiesta. Sabía que no estaba bien. No debía ir. Se lo había prometido a Charlie, a Vaggie... Incluso a sí mismo pero... En el fondo, siempre había sabido que no lo había hecho en serio. Ellas no podrían entender el vínculo entre Valentino y él. El amor también podía cometer errores, tenía sus altas y bajas...

—No puedo irme mucho tiempo — le dijo —. Estoy... estoy en una cosa de Charlie y ella...

—Oh. Ya veo... Entonces tienes ya bien claras tus prioridades — la voz de Val se volvió fría al grado de causarle un escalofrío a Angel —. Entiendo. Yo pensé que te importaba lo suficiente como para querer arreglar todo este asunto que tú, por cierto, iniciaste... Pero me equivoqué.

—No. No, no, Val, espera — suplicó Angel —. No cuelgues. Iré. Hablemos, por favor, ya no soporto estar así. Espérame — cortó la llamada y miró alrededor. Ahora tenía que encontrar la manera de llegar hasta el departamento de Valentino... No tenía el dinero para un taxi y pedirle a Vaggie que lo llevara estaba fuera de cuestión. Tal vez podría... Quizá alguno de todos esos conductores aceptaría un favor por otro.

𝗕𝗹𝗼𝗼𝗱𝗹𝗶𝗻𝗲 𝗦𝗲𝗰𝗿𝗲𝘁𝘀 • 𝗥𝗮𝗱𝗶𝗼𝗔𝗽𝗽𝗹𝗲Donde viven las historias. Descúbrelo ahora