𝗕𝗹𝗼𝗼𝗱𝗹𝗶𝗻𝗲 𝗦𝗲𝗰𝗿𝗲𝘁𝘀 • 𝗥𝗮𝗱𝗶𝗼𝗔𝗽𝗽𝗹𝗲

20

— Creo que hay tradiciones que deben ser respetadas, eso es todo — Angel se encogió de hombros antes de regresar su atención a su teléfono.

—No todo en esta vida son vergas y coños — Vaggie negó con la cabeza y sacó de la canasta el letrero sugerente para dejarlo en una estantería.

Charlie miró lo que había conseguido y... no era mucho. No se sentía muy entusiasmada, a decir verdad, por más que había intentado convencerse de que había que ponerle buena cara a la situación. Si su padre parecía más resignado con todo aquello... suspiró, arrugando un poco la nariz.

— Tal vez no debería hacer esto — murmuró —. La despedida de soltero. Quizá es demasiado y solo tengo... unos popotes de papel y un juego tonto de buscar palabras que creo que está en otro idioma — dijo y terminó por poner la cesta en el suelo —. Es la primera vez que estamos en la tienda para fiestas y no siento... "fiestaemoción".

Vaggie y Angel se miraron unos segundos.

—Vamos... — Vaggie puso una mano en su espalda y después la abrazó un poco —. Dijiste que querías animar a tu papá de algún modo. Quizá solo esté bien hacer una reunión y hacer esas galletas que le gustan.

—Ugh, Vagina, su papá se va a casar, no a morir — Angel giró los ojos y de nuevo tomó el letrero para enseñárselo a Charlie —. No es un tema de ser vulgar, es un tema de divertirse. A todo mundo le causa gracia ver un buen pastel en forma de verga. Es lo que se hace en las despedidas — explicó —. Y también salir a ponernos ebrios hasta vomitar, aunque no sé si Lucifer es de ese estilo.

Charlie hizo una mueca.

Hace unos meses habría dicho con toda seguridad que su padre jamás disfrutaría un ambiente así pero ahora no estaba muy segura y esa incertidumbre le sentaba muy mal. Había muchas preguntas en su mente que la hacían sentir incómoda y no le gustaba para nada que la brecha entre ambos se hubiera ampliado tanto.

Si antes Lucifer parecía un libro difícil de leer, ahora simplemente estaba codificado en un lenguaje que ella jamás comprendería.

—Podrías organizarle una salidita con su abogado — Angel miró su teléfono y sonrió a la pantalla.

— ¿Cómo dices? — Charlie lo miró con una ceja alzada. Él rodó los ojos y suspiró.

— Char, nena, no me lo tomes a mal — empezó a decir él —. Pero es obvio que algo se traen. Dices que Alastor está casi diario en tu casa, llega cuando Adam no está y se larga antes de que regrese — alzó una ceja y sonrió como si fuera lo más obvio del mundo —. No puedes ser tan inocente...

—Angel... — empezó a decir Vaggie con un tono severo.

Charlie no dijo nada. Las palabras de Angel... No. Era mejor no pensarlas. No podía ser, su padre no tenía la capacidad de hacer algo así. Aún si no tenía sentimientos reales por Adam, aún si todo lo del compromiso la tenía ya muy confundida... ¿ser infiel? no era posible. No cuando le había mostrado algo totalmente diferente estando con Lilith.

Se le hizo un nudo en la garganta y se rascó la mejilla.

—Quizá necesito despejar mi mente un poco — dijo simplemente —. Papá me dio permiso de estar fuera tarde, le dije que me quedaría con ustedes...

Vaggie asintió. Ambas miraron a Angel, que seguía enfrascado en su teléfono. No parecía haber escuchado del todo a Charlie. Vaggie chasqueó los dedos frente a él hasta que levantó la vista.

— Por favor dime que no es Valentino — soltó con acidez —. Y si lo es, voy a asesinarte con la decoración vulgar que tanto quieres...

—No — Angel desvió la mirada un segundo —. No he sabido nada de Valentino desde que salí del hospital — explicó —. Supongo que me está ghosteando. O no sé. Nadie lo ha visto, quizá está en una juerga larga.