Capítulo 9

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Una planta más arriba, el sonido de los delicados pasos de una gata cabizbaja se mezclaba con el ruido de la ajetreada multitud.

Neit avanzó con desgana hasta su habitación. Se tumbó en el suelo con la mente llena de pensamientos.

Ella nunca había sido popular. En su familia, era la menos querida. Sus padres siempre preferían a su hermana antes que a ella. Recordó cuando un joven se llevó a toda su familia y a ella a una humilde protectora de animales. No tenían muchos recursos, por lo que no podían mantenerles a los cuatro por mucho tiempo. Sus padres y su hermana fueron adoptados por la misma familia. Pasaron los meses y Neit no tuvo la misma suerte. La protectora terminó cerrando por problemas económicos y ella acabó en la calle.

Siempre la segunda opción. Lloró y lloró hasta quedarse sin lágrimas, sin sentimientos que mostrar. A partir de entonces, se prometió a sí misma parecer más fuerte y retener sus sentimientos para no verse débil frente a los demás.

Al llegar al Mundo Perdido de los Gatos, Neit no tenía amigos ni pretendía hacerlos. Sin embargo, una noche salió a la pradera a observar el cielo estrellado y una curiosa gata naranja apareció a su lado.

—La luna está hermosa hoy, ¿no crees? —dijo la gata sonriendo—. Eres nueva, ¿verdad? Si no, estoy segura de que recordaría esos ojos color violeta.

—¿Mis ojos? —preguntó Neit algo alterada por su repentina aparición.

—Son muy bonitos. Soy Zaira, ¿y tú?

—Creo que me llamo Neit.

—Ese es un nombre precioso para una gata tan hermosa como tú —declaró amablemente.

Desde ese entonces, Neit había sentido una conexión con Zaira que no se comparaba a la de nadie más. Era la primera gata que había sido tan agradable con ella. Que no se había reído de sus inseguridades ni recalcado todo lo que hacía mal. Era su espacio seguro aunque le costara algo demostrarlo, sobre todo cuando había alguien más. No quería volver a mostrarse como realmente era con otras personas. Temía que le volvieran a hacer daño.

¿Y ahora? Ahora tenía miedo de perderla. ¿Que pasaría si la cambiaba por Mai? ¿Que haría ella sin Zaira? Mai no le caía mal, pero no quería perder a su mejor amiga. Era su pequeña esperanza de que aún quedaban seres amables en ese mundo.

Si ella se iba, ¿a quién se abriría? ¿A quién recurriría cuando estuviera a punto de rendirse? ¿Con quién vería las estrellas cada jueves a medianoche?

Zaira no podía irse de su vida. La había cambiado para mejor, pero todo se derrumbaría si abandonara a Neit.

Se levantó para dirigirse al baño y mojó su cara en agua fría. Necesitaba despejarse. Tal vez estaba sobrepensando demasiado. Otra vez.



El Mundo Perdido de los Gatos [BORRADOR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora