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Emma


Cinco años después...

2024

Fue un año durísimo para Carlos. Terminó su contrato con Ferrari y se quedó sin escudería. Por lo que decidimos tomar un rumbo nuevo y mudarnos a otro país. Noruega.

Llevábamos desde el primer momento que me enamoré de él juntos, no nos habíamos separado ni un solo minuto. Él mantenía contacto con algunos de sus compañeros. Lando, Fernando, Daniel… Incluso venían a vernos de vez en cuando. Cuando podían.

☆☆☆

–A la noche soy toda tuya.

Me sonríe.

–Qué ganas de que me lo grites…

Sonreí. Sabía cómo provocar y era algo que me seguía encantando de él al pasar los años. Que nuestra química, fogosidad y pasión seguía igual. Carlos era un hombre diferente a los demás. Era privado, pero demostraba que eras suya con solo un gesto sin necesidad de gritarlo a todo el mundo. Una mirada, una sonrisa, un roce. Sutil, pero notorio.

–¿Te molestaría si un día vuelvo a pilotar? –me mira a los ojos.

–Claro que no, pero quiero seguir disfrutando de ti un poco más.

–Es que me han ofrecido un contrato…

–Joder.

–Oye, puedo rechazarlo.

–Haz lo que sientas.

–Quiero volver a correr. Ferrari me ha dado un contrato de un año y me voy a otra escudería.

–Bueno…

–Lo siento… Pero vivo para ello.

–Podrías esperar.

–Es para la próxima temporada, puedo esperar.

Asentí. Menos mal.

–Te quiero.

Me besó. Lo amaba. Era increíble lo mucho que me quería y cuidaba. Y otra cosa que me encantaba era que cada noche que podíamos, hacíamos el amor. Me trataba y me hacía sentir como una reina. Como me decía cosas bonitas cuando me tocaba y me daba placer, y cuando se acababa convirtiendo en sexo salvaje, era todavía mejor. Más placer, más pasión. Él era increíble. Y al acabar, caíamos rendidos a los brazos del otro, jadeando después del mejor placer del mundo. El nuestro.

–Te amo –susurra en mi cuello, dejando un beso en él.

–Y yo a ti, amor.

Charles

Hace bastante tiempo que mi vida había cambiado. Nada era lo mismo. Ella se había llevado mi corazón y no me lo quería devolver. Me había vuelto otra persona. Alguien que yo no era. Un hombre frío y borde que respondía cortante a todo el mundo. Incluso a los que alguna vez fueron mis amigos. El único que me quedaba ahora era Gasly. Estaba solo. Solo y deprimido.

–¿Has pensado en ir al psicólogo?

–... No.

–¿Y por qué no vas?

–Siento que no me va a arreglar nada…

–Inténtalo, no pierdes nada. Llevas cuatro años así.

–Está bien.

–No puedes seguir así, Charles. Ni tú hermano estuvo tan mal cuando…

–NI se te ocurra meter lo de Arthur en esto, Pierre.

𝐬𝐢𝐧 𝐝𝐚𝐫𝐧𝐨𝐬 𝐜𝐮𝐞𝐧𝐭𝐚 [FINALIZADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora