𝓒𝓪𝓹 IX

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Ante mi nombramiento me di la vuelta y por lo que mis ojos vieron me quede perflejo.
Era Tom, pero con una vestimenta totalmente diferente y con una corona sobre su cabeza.

Que diablos estaba pasando.

-Tom...-pronuncie con lo que podía salir de mi boca.

-Tom no Felix, sino Hyunjin-emitió acercándome a donde estaba.

-Pero que-ee...- que diablos estas diciendo.

-Tu querido Tom nunca existió príncipe, tan solo fue un papel inventando para conocerte desde antes de tu llegada al reino.

Estaba decepcionado y angustiado, no tan solo por la gran mentira que me comi, si no que además tuve un enamoramiento por este ser y me había robado mi primer beso, pero todo era una maldita mentira.

La ira me consumió y en un abrir y cerrar de ojos alcé mi arco en alto y lo apunté.

-Me mentiste, mentiroso, eres un desgraciado-grite enfurecido.

-Fueron las medidas que tome para conocer a mí oponente-suspiró-ya baja esa arma si no quieres salir mal.

-Acaso me estás amenazando-dije estirando a un más la cuerda para que haya mas fuerza al impacto, si es que la soltaba.

-Es una advertencia, príncipe, deja de comportarte como un adolescente puberto y baja ese arma-No puedo creer que un príncipe como tu se haya molestado por unos simples besos.

Sin más solté la filosa flecha de madera en su dirección, pero esta nunca impactó, había quedado detenida en el aire para luego caer al suelo.

Abrí lo más que pude los ojos al ver esto, que carajos estaba pasando.

-Intente ser amable Felix, pero tu tan solo parece que quieres una guerra-río con falsedad.

Levanté mi mano para señalarlo pero al momento de hacerlo esta no se movía, ninguna extremidad de mi cuerpo lo hacía, estaba petrificado.

-Sueltame maldito-hablé como pude.

-Como podría dejar a una fiera suelta por el castillo, eso si que no-Tan sólo por una razón es que estas aqui-frenó pero luego prosiguió-Debes darme lo que me pertenece, Mi Reino-demandó elevando una ceja.

-Eso nunca te lo daré, si quieres arreglar cuentas vuelve al pasado y arreglalo con mis antepasados, yo no tengo nada que ver, maldito-le dije.

-Claro que tienes que ver, eres un Lee y todos los Lee tienen esas cualidad en la sangre, cualidad de estafadores y ladrones-vocifero haciendo que unas cuantas velas se apagaran en el salón.

-Te lo preguntaré una vez más querido Felix-Vas a darme mi reino, si o no-en su voz se oía amenaza y autoridad, cosa que me heló los huesos.

Con todo el valor del mundo, estaba decidido a declarar mi respuesta, debía seguir firme.

-No.

En ese instante que pronuncié Hyunjin chasqueo los dedos y llamó a un guardia.

-Minho, llévalo al calabozo-ordenó- Te quedarás ahí hasta que cambies de opinión pequitas-fórmulo con orgulloso y una sonrisa ladina.

El tal minho me tomó abruptamente de los brazos llevándome al dicho calabozo.

Patalee y patelee pero éste era demasiado fuerte, lo único que pude hacer era gritar palabras "irrientes".

-Eres un maldito, desgraciado, monstruo, hijo de puta, malnacido, perverso, malvado-grité a los cuatro vientos, en mi vida había dicho tanto palabrerío como ese.

-Ya lo se, pequitas-me miró por última vez antes de yo entrar al calabozo-Te advirtieron sobre mí, pero tu tan solo te hiciste el oído sordo y pasaste todo por alto, no me digas que no de advirtieron.

Eso fue lo último que escuche antes de que ese tal Minho bajara una largas y oscuras escaleras hasta llegar al calabozo.

Al llegar me quito junto con otro guardia todas mis pertenecías, dejandome tan solo con mi muda de ropa, pero sin mis botas.

Como pude tomé a Oliver que se encontraba en mi hombro y los sostuve para cuando los guardias me tiraron al suelo y cerraron un tipo de cerradura, para luego irse.

La noche era fría, oscura y no se escuchaba otro ruido que no sean mis lamentos, sollozos y suplicas de que me dejaran salir. Esto era totalmente diferente a las noches en el bosque.

-Dejenme salir porfavor-suplique, no se si sabían pero yo le tenía miedo a la oscuridad, era la unica cosa en el mundo que me hacía temer demasiado además de la muerte.

-Hyunjin, sacame de aquí-grité como ultima esperanza con todas mis fuerzas, pero nada sucedio.

Como pude me acosté en el frío, humedo y mojado suelo, me acurruque como pude teniendo a Oliv en escondiéndose en mi mísera ropa, para luego de unas cuantas horas llorando finalmente haberme quedado dormido.



♚Graciass por leer, acuérdense de dejar su estrellita☆



𝓔𝓵 𝓻𝓮𝔂 𝓭𝓮 𝓵𝓪𝓼 𝓽𝓲𝓷𝓲𝓮𝓫𝓵𝓪𝓼-ᴴʸᵘⁿˡⁱˣDonde viven las historias. Descúbrelo ahora