𝓒𝓪𝓹 XXI

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Me encontraba en la cocina haciendo mis famosas tartas de moras, pero a diferencia del otro día, está vez hice unas 15 para poder obviamente darle a Hyun y luego a toda la gente del palacio, todo esto com ayuda de Minho.
Nuestra relación había cambiado bastante, él se había dejado llevar y comenzó a hablarme con frecuencia, cosa que yo acepté con gusto. Ya había tomado mucha confianza hasta con alguno de los guardias, solo por el hecho de que Hyunjin ordenó que estos podían hablarme.

Cuando por fin se hornearon las 15 tartas, chocamos nuestras manos en celebración y comenzamos a cortarlas en pedasitos para repartir por todo el palacio. Todos estaban encantados, aunque algunos no admitían que les gustaba, cuando seguía mi camino para repartir más, podía ver como se les dibujaba una sonrisa.

Justo cuando termine de repartir todos los pedazos, obviamente dejando 3 tartas para Hyunjin, el guardia de ojos muy rasgados cuyo nombre era Jeongin, me indicó que dentro de media hora pasaría Hyun a buscarme e ir al gran pueblo a comenzar su misión para que la gente empiece a aceptarlo, por el rey amable que sería, dejando atrás su "maldad".

En esta ocasión deje atrás mis finos vestidos y me puse uno de tela gasa color verde musgo.

Ya listo esperé a Hyun en la sala del trono. Me quedé admirandola, viendo aquellos mosaicos que contenían diferentes tipos de dragones, era hermoso.

Cuando él llego me dio un beso de saludo para luego marchar hacia el pueblo. Entre nosotros, el más emocionado parecía que era Oliver, éste estaba cantando mientras veía pasar a la gente.

Empezamos a remodelar primeramente las casas, que con la ayuda de los guardias y un poco de los poderes de Hyun en tan solo 2 días lo lograron, también agregaron otras para todos aquellos ancianos, adultos y niños que estaban en la calle. Obviamente yo di mi toque agregándo muchos tipos de flores por toda la ciudad. Finalmente todo terminado, el reino cambió totalmente.

Este cobró vida de nuevo, ya no había personas con tristeza en sus caras ahora estaban felices. Algunas personas todavía seguían teniendo temor hacía Hyunjin porque aunque este estuviera arreglando las cosas, sus caras y enojos no habian desaparecido por completó. Pero con el tiempo sabía que esto cambiaría.

El último día de reparaciónes fue hoy, en la cual arreglaron un viejo puente, lo pintaron y llenaron con algunos peces debajo de este. Debería estar presentable, era una de las cosas principales de este lugar ya que si lo veías sabias que a pocos pasos se encontraba el gran mercado.

Mientras Hyunjin hablaba con Minho, su mano derecha, yo me encontraba cerca de éste sentado en un estanque totalmente arreglado. Había niños trenzandome el cabello y haciendole mimos a Oliver, ellos tan solo se acercaron y se ofrecieron a peinarme una linda trenza, yo sin duda acepté. Amaba a los niños, por el simple hecho de cuidar a mis hermanas pequeñas, empecé a agarrarles cariño.

Cuando Hyunjin se acercó a nosotros luego de platicar con Minho los niños hicieron una reverencia y se fueron.

-Ya va a oscurecer pequitas, es hora de irnos.

-Tienes razón andando-dije entrelazando mi brazo con el suyo.

Caminamos varias cuadras hasta que nos detuvimos en una específica, donde se encontraba la tienda de vestidos de alta costura. Vi por la vidriera un hermoso sombrero boatier blanco.

Inmediatamente le mencioné a Hyunjin sobre este y se adentró a la tienda, pero no tan solo compramos el sombrero si no que también otros vestidos.

-Tu que dices, este me queda lindo pero es transparentoso-dije modelandole a Hyunjin el vestido en la tienda.

-Si lo usas de pijama me gusta la idea, si no, no-dijo con una sonrisa ladina, eso significaba un si.

Amablemente ambos saludamos al señor y emprendimos viaje de nuevo al castillo sin distracciones.

𝓔𝓵 𝓻𝓮𝔂 𝓭𝓮 𝓵𝓪𝓼 𝓽𝓲𝓷𝓲𝓮𝓫𝓵𝓪𝓼-ᴴʸᵘⁿˡⁱˣDonde viven las historias. Descúbrelo ahora