𝓒𝓪𝓹 XVII

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Fuertes golpes de la puerta me despertaron muy temprano.

Como pude estando somnoliento me levanté de la cama tocando hacia mis costados buscando un cuerpo.

Hyunjin no estaba, me habia dejado solo.

-Ya voy, ya voy-le dije a quién sea que esta tocando la puerta.

Cuando abrí visualice a Minho.

-Era necesario interrumpir mi sueño-pronuncié bostezando.

-El rey se acaba de ir para una junta, me ordenó que lo alimente.

Frunci mi boca en señal de desacuerdo.
A ver, si tenía hambre pero no me parece que me despierten a los golpes por un simple desayuno.

-Me cambio y voy-pronuncié para volver a cerrar la puerta.

Escogí otro nuevo vestido que había comprado ayer. Este era de saten color azul indigo. Me llegaba hasta los pies y además tenia una capa por detrás dejando ver mis hombros descubiertos. Era perfecto.

Luego de escoger mi vestimenta fui hacia el baño y empecé a arreglarme. Tenía hecho un nido de pájaros en mi cabello, como pude tomé un cepillo que encontré y cepille mi extenso cabello.

Una vez listo salí de la habitación para encontrarme con Minho afuera.

-Que te parece desayunar en jardín mientras plantamos las rosas-Le pregunté.

-No creo que el rey Hwang este contento con eso, además no tengo permitido desayunar con usted, príncipe.

-Ay vamos, no dirá nada, es tan solo un rato, lo prometo-me detuve para pensar-además si te dice algo, tan solo dímelo.

-De acuerdo-dijo haciendo una mueca.

En un instante al llegar al jardin la servidumbre llevo pequeños emparedados y jugo de frutilla para que desayunemos.

Mientras echaba sorbos a mi bebida también estaba con una palita y empecé a cavar para poder poner las rosas. El día anterior Minho había logrado sacar todo lo podrido del jardín, dejándolo listo para esta ocasión.

Estabamos en silenció mientras cada uno plantaba. A mí no me gusta estar en total silenció, me encanta hablar, asi que lo único que se ocurrió para iniciar una conversación fue pidiéndole perdón.

-Oye Minho- este se dio vuelta apenas lo nombre- lamento haberte dicho perro faldero, comprendo que por servir a Hyunjin tienes que ser leal a él y obedecerle.

Este tan solo asentío para seguir plantando. Mi plan no había funcionado asique fui de frente y le dije.

-Oye Minho-lo llamé de nuevo- Acaso no hablás.

-No tengo permitido hablarte.

-Eso lo te lo ordenó Hyunjin-le pregunté.

-Si.

-Bueno, pues ahora eres mi amigo-pause-asi que yo digo que tienes permitido hablarme.

Este no dijo nada, se quedo mirandome.

-Asi que si no me hablas-advertí- le diré a Hwang algunas cosillas y tendrás problemas Lee Know-dije bromeando. Pero al parecer este se lo creyó, por que enseguida asintió.

Luego de aquello él empezó a entablar una conversación conmigo durante toda la tarde.

Cuando finalmente plantamos todo las rosas, ya podía notar una mejora, ya había vida.

Entre devuelta al castillo para alimentar a Oliver, me dirigí a la cocina a la cual nunca había entrado. Esta era muy espaciosa, dentro había 6 cocineras.
Inmediatamente al ingresar todas pusieron atención en mí y me preguntaron amablemente que quería.

𝓔𝓵 𝓻𝓮𝔂 𝓭𝓮 𝓵𝓪𝓼 𝓽𝓲𝓷𝓲𝓮𝓫𝓵𝓪𝓼-ᴴʸᵘⁿˡⁱˣDonde viven las historias. Descúbrelo ahora