𝓒𝓪𝓹 XI

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En la oscura noche estaba mirando la pequeña luz de la luna que se veía en el calabozo.

Luego de largos minutos apreciando la pequeña luz, decidí levantarme para orinar.

Como pude fui hacía el balde que había en la jaula y orine.

En estos días mi higiene estaba del asco, tenía mis extensos cabellos enredados, mi cuerpo estaba con tierra y marcas y lo peor de lo peor era el olor a suciedad que ya empezó a fabricar mi cuerpo.

Como extrañaba los baños tibios de Jisung, pensé.

Desde el otro día, no había ocasionado problemas en el calabozo, solo pedia que me dieran la comida, no me quejaba, después de todo mi opinión seguiría siendo la misma, no le daría el reino.

Al terminar de mear, fui camino a volver a sentar en la esquina, pero como si fuera un niño, pase mi mano por los barrotes de la jaula provocando pequeños ruiditos, hasta que la puerte de la jaula se entreabrio con mi toque.

No creía lo que mis ojos veían, la jaula estaba abierta.

Aca tenía dos opciones, subir la escaleres y tratar de salir para que luego los guardias me vuelvan a encerrar, o poder estirar mis patas y dar una vuelta por el calabozo.

Si, definitivamente la segunda.

Con sumó cuidado tomé a Oliver y silenciosamente abrí la jaula para salir. Al tener cuerpo pequeño con una simple abertura logré salir de estas.

En vez de ir para dónde la escalera, fui en sentido contrario osea a mi derecha, tomando de un mini candelabro una unica vela hiper pequeña que habían encendido días antes.

Mire con sumo cuidado cada jaula y en alguna se podía observar platos, cadenas y lo peor de todos, huesos de otros elfos.

Seguí y seguí hasta que finalmente el camino terminó y logre frenar chocando un pared, verdaderamente este calabozo era enorme.

Cuando estaba seguro de volver al no encontrar nada más, una pequeña puerta de color marrón divise a mi izquierda.

Como todo curioso decidí pasar por esta, sin saber que abría detras.

En sigilo me adentre al lugar, al principio no logré ver nada, pero en un momento se escuchaba unos crujidos por donde mis pies pasaban.

Como pude vi que era lo que estaba pisando y al sentir la forma me asusté tirando fuertemente el coso al piso.

Ilumine dicho objeto y este era un cráneo pero no tan solo eso, en todos el piso se encontraban miles de huesos elficos.

Rápidamente volví hacia aquella puerta color marrón pero una gran, gran respiración hizo que me detuviera y me diera vuelta.

Con lo máximo que pude alumbre hacia adelanté y ahi vi a la bestia.

Era un enorme dragón con escamas negras tornarojas, unos gigantescos cuernos gastados, muchos filosos y sucios dientes y unos fuertes ojos que te penetraban toda el alma.

Los dichos eran ciertos.

Rápidamente corrí de aquella habitación, pero en vez de ir a mi jaula corrí yendo para la salida, osea sí, subiendo la extensa escalera.

Asustando a los guardias me colgué de esa reja y les grité.

-Saquenme de aquí, saquenme de aquí-repetí una y otra vez sacudiendo la reja.

Los guardias me miraban con el ceño fruncido, estaban listos para abrir la reja cuando una voz se escucho a sus derecha.

Era Hyunjin.

-Que esta pasando-dijo mirando a sus guardias para luego a mi.

-El principito se quiere escapar-pronunció el tal Changbin.

Hyunjin sin más con un solo chasquido hizo que la puerta se abriera y yo terminé cayendo hacia un costado para ser sujetado fuertemente por él.

-Ahora te volviste rabioso, Felix-Que carajos sucede contigo.

-No me lleves, devuelta, no no no, por favor-No mates con el dragón por favor.

-Asi que es eso eh, Pero que desobediente, te atreviste a escaparte de tu jaula, ante dicha accion deberás con más razón volver abajo-Terminó sujetandome para emprender camino para bajar las escaleres.

Yo seguí forcejeando pero este tiene incluso más fuerza que el tal minho, ni se movía, pero había algo que si debía funcionar, ohh si si, la debilidad de todo hombre elfo, sus malditos huevos.

Deje de forcejear y para que cuando menos se lo espero golpee sus pelotas.

Esto efectivamente funcionó, él me soltó y murmuró muchos palabreríos que no presté a atención.

Con toda la voluntad corrí para encontrar una salida, busque y busque y para colmó terminar perdiendome, este castillo era demasiado enorme, sabía que ni en un día podría llegar a recorrer todo.

Pero la fiesta llego a su fin, porque mientras respiraba abruptamente aire para nivelar mi respiración unos pasos se oyeron.

Era nuevamente Hyunjin.

Sin saber dónde ir me metí a unas de las habitaciones del inmenso castillo.

Afortunadamente la puerta tenia llave y sin dudarlo la cerré.

La habitación era demasiada amplia, muy lujosa a decir verdad, con una gran y cómoda cama, que lindo se debería dormir en esta y un balcón que se podía visualizar dejando entrar la luz de la luna.
Volvi a la realidad y me escondí del lado izquierdo le cama, junto a la mesita de noche.

Oliver también estaba escondido obviamente conmigo.

-Abre la puerta, Felix-de nuevo esa dura voz se escucho.

Sin embargo yo no conteste a su llamado pero luego de nuevo llamó.

-Si no abres ahora por tu cuenta-la abriré yo-advirtio.

Aunque quisiera moverme no podía, seguía haciendome bolita en la pared.

Se escuchó un silenció de unos cuantos minutos, cuando derepente la puerta abruptamente se abrió y con ella se predieron todas las velas de la habitación...

♚Graciass por leer, acuérdense de dejar su estrellita☆

𝓔𝓵 𝓻𝓮𝔂 𝓭𝓮 𝓵𝓪𝓼 𝓽𝓲𝓷𝓲𝓮𝓫𝓵𝓪𝓼-ᴴʸᵘⁿˡⁱˣDonde viven las historias. Descúbrelo ahora