𝓒𝓪𝓹 XXVI

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Faltaba tan solo un día para nuestra boda. Justo en este momento estaba junto a Jisung probandome uno de los tantos vestidos que mando a hacer mi padre para la ocasión.

-pruebate este, es el último-dijo extendiendome un vestido blanco a simple vista.

Fui por décima vez al baño y me probé este, era de una tela de satén blanco, sin embargo no era uno singular, no tenía mangas pero este tenía un corte en la pierna izquierda, por detrás mi espalda estaba al aire libre, dejándose ver por un tul que la cubria y para la cereza del pastel, gran parte del vestido estaba cubierto por diferentes tamaños de flores bordadas a mano. Otra de las cuantas cosas que tenía era una larga capas de la misma altura del vestido, estos dos se arrastraban por el suelo, dejandole una caída increíble.

Salí del baño para desfilarle a Sungie mi vestuario.

-Es hermoso...

-Es el indicado.

-Pero..te falta esto-dijo poniendome un velo con una pequeña diadema de diamantes-listo, éstas perfecto.

Me veía realmente lindo, ojalá a Hyunjin le gustará. Él no sabía nada sobre mi vestido, y yo no sabía nada sobre su traje.

Finalizado la prueba de vestuario, fuimos al jardín para ver cómo iba a ser la pre-decoracion para ya mañana poder armarlo antes de que lleguen los invitados.

En esta parte se encontraban casi todos, excepto Sam. El cual solo apareció muy pocas veces bajo mi mirada.

Cuando visualice a Jinnie, me acerqué a él para pasar mis brazos por sus hombros, haciendo puntitas, ya que era más bajo que él.

-Te gusta la decoración-pregunté.

-Es un tanto rara, pero si, es muy delicada- Qué dices de ir a pasear en Obsidian por última vez antes de casarnos- propuso.

-Me encanta la idea.

Tomados de las manos llegamos hasta Obsidian y se subieron en él.

Partimos siguiendo el camino de aquella vez y efectivamente nos frenamos en la columna de piedra.

Apenas Obsidian aterrizó en tierra bajamos de su lomo y nos sentamos viendo esta vez el sol radiante y no la luna.

-Y pensar que aquí confesaste tu amor, fuiste muy valiente, Jinnie.

-Sabía que si no aprovechaba bien el momento nunca lo haría.

-Agradezco a los dioses por darte aquella idea-dije acortando la distancia de su boca con la mía.

-Tan solo una noche más, y mañana ya serás mío de todas las formas.

Y allí volvio el Hyunjin calenturiento.

-Sabes que si tenemos sexo quedaré embarazado cierto?.

-No importa, un hijo me parece estupendamente bien. El tan solo hecho de formar una familia, me emociona, pequitas, más si es con la personas que quiero tener siempre a mi lado.

-No te dejare ir, sere como una pulga-dije riéndome.

-Una pulga parlanchina-agregó Hyunjin para aumentar aún más nuestras risas.

Toda la tarde estuvimos acostados ahí, con Obsidian detrás cuidandonos frente a cualquier cosa. Ese sería nuestro ultimo vuelo, antes de comenzar una nueva etapa de nuestra vida.

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La fría noche había caido, junto a una feroz y escandalosa tormenta.
El joven príncipe Felix se encontraba dormido pero entre sueños escuchaba los fuertes truenos que aparecían en el cielo sin embargo aunque Felix trataba de dormir entre estos, cuando un gran ruido se hizo audible. Ante este, Felix se levantó agitado del susto y se acercó lentamente a la ventana del balcón a ver que pasaba.

𝓔𝓵 𝓻𝓮𝔂 𝓭𝓮 𝓵𝓪𝓼 𝓽𝓲𝓷𝓲𝓮𝓫𝓵𝓪𝓼-ᴴʸᵘⁿˡⁱˣDonde viven las historias. Descúbrelo ahora