𝓒𝓪𝓹 XIII

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Me puse en marcha a bajar hasta el comedor, solo que el camino es demasiado confuso.

Me hacía acordar al bosque, con sus pinos y rocas musgosas, porque en este palacio habia habitaciones y habitaciones sin fin, parecía que todo se repetía, además estaba lleno de guardias por doquier, los cuales me ponían muy incómodo.

La mejor solución para encontrar el comedor sería preguntarle a un guardia.
A lo primero me negué rotundamente, pero luego de dar tantas vueltas y subir y bajar escaleras anchas y angostas, decidí preguntar donde estaba el comedor.

-Oye tú-dije mirando al guardia, el cual portaba una armadura de hierro con tallados de dragones y al lado derecho de su cadera tenía una espada, como el resto de los guardias.

En fin, estuve tratando de llamar la atención del guardia pero este ni me miraba, como último recurso, alcé mi mano y traté de torcarle la armadura y digo traté porque antes de llegar a tocarla, este me detuvo.

-Hasta que al fin reaccionas-dije mirandole a los ojos, los cuales tenia muy rasgados, como si fuera un zorro- Dime donde se encontra el comedor.

Ante dicha orden, el guardia señalo un pasillo con su mano izquierda.

Sin más, marché para donde me indico.
Al doblar el pasillo me encontré la sala del trono, estaba a punto de protestar por no haberla encontrado, cuando mi nariz detectó un olor a comida.
Cruce toda la sala del trono de derecha a izquierda admirandolo.

Anoche no pude apreciarlo, pero ahora que lo veía, en esas altisimas paredes había mosaicos en las ventanas, eran imágenes sobre fuego y dragones, nunca había visto algo como aquello.

Pose mi miraba devuelta al frente y por una puerta entreabierta vi el famoso comedor.

Pase mis manos sobre mi cabello, tratando de peinarlo y sin más esperar abrí la alta puerta para encontrarme allí adentro una larga mesa, con Hyunjin sentado al final de esta.

Apenas entre todos lo guardias me miraron y yo timidamente emití un saludo con mi mano para temerosamente caminar hasta la punta de la mesa, dónde se sentaba Hyunjin, con pasos cautelosos llegué y me sente en la silla del costado.

Visualice todo lo que había en la mesa. Esa comida fácilmente alimentaba a todo un palacio.

Había desde aperitivos, como manzana, pera o brochetas hasta abundantes platos. Y sin contar las 10 jarras que poseían liquidos en su interior.

-Tardaste demasiado-demandó con enojó en su voz.

-Tus inservibles guardias se negaban a hablar-contraataque mientras tomaba comida de los platillos.

-Ellos solo tienen la orden de hablar conmigo-habló antes de tomar una sustancia roja-No con intrusos.

-Ja, me estas diciendo intruso cuando tu mismo me amenzaste para que venga a tu reino, eres un descarado-grite.

-Tu estadia aquí no iba a hacer ni de un día, tan solo debías darme tu reino y te ibas feliz y coleando.

Refuñe mirandolo mal-Bueno la situación ahora no es así, me encantaría que tus perros no me falten el respetó y me correspondan-alcé la voz.

Hyunjin se quedo mirandome pensativo, cuando decidió hablar muy audiblemente-Minho!.

Ese tal Minho se acercó hasta donde nos encontrabamos a pasos rápidos.
Hyunjin le susurró algo para luego este asentir y volver a retirarse.

-Apartir de ahora todo lo que quieras hacer lo haras junto a Minho-Si quieres salir al jardín lo haras con él, si quieres ir a la cocina lo...

-Si quiero mear también lo hago con él-lo interrumpí.

-Te estoy dejando pasar en alto muchas faltas de respeto, Felix- se paró y me miró por ultima vez- Si sigues así en futuro cercano podrías terminar destrozado-finalizó al salir por la puerta del comedor.

Me había quedado solo en la mesa pero con el resto de guardias en la sala, lentamente me levanté en el momento que la servidumbre vino a recoger los platos y empezar a llevárselos.

Había decidido que era tiempo de levantarme y salir por la puerta pero al hacerlo ese guardia, Minho, me seguía por detrás. Acaso lo que había dicho Hyunjin era cierto. Que mierda.

Recorri todo el palacio con este por detrás, había descubierto una enorme biblioteca con una chimenea, también descubrí la cocina, muchas más habitaciones y por último pero no menos importante el jardín.

Este era sombrío, el pasto estaba seco, una linda fuente estaba con agua sucia de color verde y lo peor de lo peor es que no había flores, solo un pequeño racimo de rosas marchitas.

Cualquiera que me conozca sabe que tengo una fascinación por las plantas, podría decirse que mi hobby es decorar jardines.
Asi que pensé, ya que mi estadia según Hyunjin sería larga, porque no arreglar este lugar.

-Oye perro faldero-llamé a Minho-Crees que tu dueño me dejé arreglar éste lugar.

Este tan solo asintió y se volvió a parar firme.

Genial, ahora tendría algo en que trabajar.







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𝓔𝓵 𝓻𝓮𝔂 𝓭𝓮 𝓵𝓪𝓼 𝓽𝓲𝓷𝓲𝓮𝓫𝓵𝓪𝓼-ᴴʸᵘⁿˡⁱˣDonde viven las historias. Descúbrelo ahora