Capítulo 23
Román
El doctor finalmente me dio el alta una semana después, una mañana en la que el sol asomaba por las ventanas del hospital, como si el universo estuviera en sintonía con esta idea de avance y recuperación, una semana donde la vida seguía avanzando con normalidad para todo el mundo menos para mi. Traté de parecer positivo mientras escuchaba sus instrucciones finales, asentía en los momentos indicados y respondía a sus preguntas con frases breves, pero simulando más ánimo que al principio de mi hospitalización. Al final de su monólogo sobre el proceso de recuperación, noté que me miraba con esa expresión profesionalmente amable que tanto me irritaba.
Todos pensaban igual, que debía estar agradecido y contento por estar vivo, pero no podía pensar asi, habia perdido mi vida entera en ese accidente, no sentía agradecimiento, sentía rencor y dolor, no estaba contento, estaba frustrado, prefería haber muerto, pero el destino me odiaba, porque seguia aqui sufriendo.
—Recuerda, Roman, esto no es un final, es solo un nuevo comienzo —dijo con una sonrisa que probablemente había practicado decenas de veces en otros pacientes como yo.
Un "nuevo comienzo". Claro. Me forcé a devolverle la sonrisa, aunque sentí cómo los músculos de mi rostro parecían resistirse, no tenía ganas de sonreír, en sí no tenía ganas de nada. Sabía que la salida del hospital significaba el principio de una realidad que apenas podía tolerar. Ya no tendría las rutinas impuestas, ni el personal médico que estaba atento a cada necesidad. Ahora dependería de mi familia, una idea que no lograba aceptar del todo.
Odiaba la idea de ser una carga y eso era lo que iba a ser a partir de ese momento, pero después de haber sido tan independiente y tener que depender de otros me resultaba asfixiante, no lo quería, no iba a soportar mucho tiempo esa rutina.
Mi hermana estaba ahí para recogerme, con esa mirada esperanzada que intentaba ver a través de la fachada que yo había levantado, pero aunque ella era la persona que más me conocía en el mundo estaba seguro que no podía ver más allá de mi fachada. Me esforcé en poner la mejor cara posible, intentando disimular lo vacío que me sentía, lo agotado. Le sonreí un poco, lo suficiente para que pensara que su esfuerzo no era en vano, después de todo amaba a mi hermana y odiaba ser la razón de su sufrimiento.
A su lado estaba Aaron, mi cuñado, quien había llegado unos días antes con mis sobrinos para ayudar en todo lo que necesitaran. Desde que esos dos se conocieron, Aaron siempre había sido una presencia sólida en nuestras vidas, alguien en quien se podía confiar. Intentaba hablarme como siempre, con su tono despreocupado y bromista, pero en su mirada había algo que yo no podía ignorar. Por mucho que intentara esconderlo, su expresión no era la misma. Él me veía diferente ahora. Lo sentía en esos silencios prolongados, en la manera en que evitaba mirarme directamente. Por más que se esforzara en ser el mismo de siempre, yo podía ver esa chispa de lástima, o quizás incomodidad, que sus ojos intentaban disimular.
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Linebacker
RomansaSerie: Una noche. Libro #2 Román tenía clara dos cosas: La primera; quería jugar fútbol toda la vida y la segunda; Hannah lo volvía loco. Por otro lado Hannah tenía certeza de algo: nunca caería en los brazos de Román Pierce.