Myah tragó saliva. Su instinto, que golpeaba fuerte en su pecho, le hizo levantarse lentamente y dar un paso hacia atrás, discretamente, luego otro, sin darle la espalda al llamado NeoDevimon y las personas del DNR.—¿Myah? —Lopmon la llamó en voz baja y Jijimon también la miró.
—Tenemos que irnos —Myah dijo rápidamente.
T y Aina habían tenido razón todo ese tiempo. Joseph seguro también lo sabía y probablemente otros lo sospechaban, pero era obvio en ese momento. Tan claro como el agua: esos digimon que nunca nadie había visto habían sido enviados por las cúpulas para encontrarlos.
¿Con qué objetivo? Eso todavía no lo sabía, quizá también sabían sobre los elegidos y de alguna manera se interponían en sus planes, cualesquiera que fueran, pero Myah no iba a quedarse ahí a averiguarlo.
Sin embargo, no importa qué tan silenciosa fue, al dar el tercer paso, el digimon llamado NeoDevimon alzó la cabeza de golpe y sus seis ojos se iluminaron en rojo en su dirección.
Myah sintió su pulso en sus oídos.
—¡Cuidado! —exclamó y enseguida, NeoDevimon, sin aviso y sin pedir permiso, se lanzó hacia ellos a una velocidad inigualable, soltándose de cualquier cadena que lo tuviera restringido.
Con sus alas cortó el viento y estiró sus garras para atravesar los pocos árboles y el espacio que los separaba. A Myah no le daría tiempo ni de evolucionar a Lopmon, pero Jijimon, en lugar de huir, se interpuso rápidamente y giró su bastón con sus manos un par de veces, soltando unos cuantos brillos como si de un hechizo mágico se tratara, antes de clavarlo drásticamente en el suelo.
—¡Guard Stick! —gritó, y el suelo con todo y rocas se elevó como una onda en forma de S, contra el cual NeoDevimon se estrelló al ser totalmente inesperado.
—¡Señor Jijimon! —ni Myah ni Lopmon fueron las que lo llamaron, por lo que ambas voltearon hacia los arbustos que todavía pertenecían al bosque.
Su corazón se encogió en su pecho.
—Ustedes, ¡¿qué hacen aquí?!
Los pequeños digimon, seguro ya habiendo terminado de comer, habían seguido sus pasos. Sus ojos ampliados, sus cuerpos temblorosos, Myah se dio cuenta que aunque les gritara que se fueran, su preocupación por el digimon anciano era aún mayor.
—¡Joven Myah! ¡Proteja a los niños! —Jijimon la llamó cuando NeoDevimon se recuperó del impacto. Sus garras se rodearon de una energía oscura y no dudó en volver a atacar —. ¡Agh!
El ataque pareció atravesar con electricidad a Jijimon, cuyo cuerpo salió despedido, impactando contra uno de los árboles en una explosión.
Myah apretó los dientes. No le quedaba de otra.
—¡Lopmon!
Lopmon le regresó la mirada con decisión y el Digivice que sacó de su bolsillo brilló intensamente junto con la determinación de Myah de proteger a los pequeños Digimon. Lopmon se unió a la luz de la digievolución una vez más.
—¡Lopmon digievolves… Turuiemon!
—¡Turuiemon, no dejes que te toque con sus garras!
El Digimon se lanzó a la batalla sin problema, su velocidad y agilidad tomaron por sorpresa al enemigo, que no tuvo oportunidad de reaccionar en primera instancia al ataque.
—¡Gantoretto!
NeoDevimon se recompuso inmediatamente y continuó su ataque, está vez en contra de Turuiemon. Se zambulleron a una pelea en la que el más veloz tendría la ventaja. Myah no les perdía la vista, puesto que estaba consternada de que, al igual que con Callismon, NeoDevimon tuviera un nivel demasiado superior y en un abrir y cerrar de ojos las hiciera comer tierra. Estaría perdida si fuera así, claramente no podrían solas.
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DIGIMON: PROYECTO NEXUS
FanfictionNadie sabe cómo ni por qué, pero para cuando se dieron cuenta de lo que estaba pasando, la Tierra y el Mundo Digital ya se habían vuelto uno. Ahora, con la población mundial reducida a menos de un quinto del total, los digimon se han vuelto una amen...