En un parpadeo, y solo por puro instinto, Theo tomó a Dorimon entre sus manos y lo escondió tras su espalda cuando su padre entró de nuevo por la puerta principal. Lo miró hacia abajo, frunciendo el ceño en confusión.
—¿Qué pasó? —preguntó, mirando cautelosamente hacia varios puntos de la sala.
Theo desvió la mirada hacia un lado, luego de vuelta a su padre.
—Me tropecé —Theo contestó y se levantó lentamente, todavía sujetando a Dorimon tras su espalda y, de hecho, haciendo un poco de fuerza porque el digimon definitivamente quería salir de ahí. Su padre lo miró extrañado, pero Theo solo se hizo a un lado cuando su padre fue a tomar su chaqueta —. Uh, ¿todo bien?
Esta vez, su padre se encogió de hombros. No lo habían llamado de inmediato, por lo que lo más probable era que nada grave hubiera pasado, pero...
—No lo sé, apoyaré a la guardia de hoy por si acaso —, Theo se lo imaginó. Si bien en la radio nunca decían nada acerca de lo que los apagones causaban, quizá lo peor que había oído era acerca de alguna intervención en la cúpula II, su padre siempre tenía que estar presente hubiera amenaza o no —. No me esperes.
Así que, Theo se retuvo de decirle que igual no tenía que repetírselo y esperó a que cerrara la puerta definitivamente para correr a su habitación. Dejó al digimon en su cama, o más bien lo dejó caer —el digimon exclamó un "¡Woh!" —y pronto ambos se estaban observando otra vez. Aunque a diferencia de Theo, que estaba notoriamente confundido y hasta en pánico, el digimon parecía calmado y despreocupado.
—Un digimon —Theo repitió una última vez, entonces, como para terminar de convencerse.
—Dorimon.
—¿Qué hace un digimon aquí? —preguntó más para sí mismo.
—¡Dorimon!
—¿Cómo hizo un digimon para-...¡uoh?! —pero antes de que pudiera terminar, el digimon lo interrumpió, saltando con todas sus fuerzas a su cara. Theo a las justas pudo reaccionar, pero no lo soltó y sus pequeñas patas y dientes se enredaron en su cabello.
—¡Dorimon! ¡Me llamo Dorimon! ¡Ese es mi nombre!
—¡Bien, entiendo! —hizo un poco más de fuerza, pero el digimon no lo dejó —. ¡Entiendo, Dorimon!
Pero no fue hasta que lo llamó por su nombre que el digimon por fin dejó de morderle la frente. Theo estiró los brazos sin soltarlo y exhaló. Sus goggles habían caído a su cuello. El pequeño... ser era cálido, se dio cuenta.
—¿Cómo llegaste aquí, Dorimon? —intentó averiguar.
—Hm... —Dorimon lo pensó, cerrando los ojos en concentración y se tomó unos segundos, solo para después abrirlos de golpe —. ¡No tengo idea!
Theo casi pierde el equilibrio.
—Entonces, ¿por qué dijiste que me estabas buscando? —trató una vez más.
Dorimon alzó una de sus patitas y señaló hacia el cuerpo de Theo. Él había olvidado por completo el dispositivo en su bolsillo, cuyo brillo de la pantalla casi atravesaba la tela de su chaqueta.
—Por eso.
—¿Eso? —Theo frunció el ceño y volvió a dejar a Dorimon sobre otra superficie para sacar el dispositivo. No había sonado de nuevo, mas la pregunta seguía brillando en la pantalla.
Theo apretó los labios mientras intercalaba la mirada entre Dorimon y el dispositivo, tratando de hallar una conexión lógica. Pero mientras más pensaba, más preguntas surgían: ¿qué tenía que ver una cosa con la otra? ¿De dónde lo había llamado? ¿Siempre había estado ahí?
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DIGIMON: PROYECTO NEXUS
FanfictionNadie sabe cómo ni por qué, pero para cuando se dieron cuenta de lo que estaba pasando, la Tierra y el Mundo Digital ya se habían vuelto uno. Ahora, con la población mundial reducida a menos de un quinto del total, los digimon se han vuelto una amen...