XXIX

29 4 6
                                    


Antes de darse cuenta, las horas para descansar y reunir recursos estuvieron cercanas a concluir. Abraham, junto a algunos miembros de su unidad, habían juntado comida y bebidas en mochilas ligeras. La herida de su frente seguía abierta, pero poco le había importado cuando supo que era algo en lo que podían ayudar.

Para ser sincero, sin embargo, a T no le gustaba tener que sentarse a esperar.

—Te ves inquieto —Nesta se dejó caer a su lado. Tanto ella como Ren estaban en las mismas, incómodos cuando parecía que había mucho por hacer.

Myah, por el contrario, se mantenía tranquila y en silencio, aprovechando las horas para despejar su mente mientras conversaba con Lopmon dentro del digivice.

Era un escenario increíble, por decirlo de alguna manera. Sin barrera que cambiara el color del cielo, sin digimon que forzaran a usar una barrera, con edificios y calles destruidas, y sin 1s y 0s que aparentaban ser estrellas.

—Tú no eres quien para hablar —le sonrió, aunque sinceramente estaba agotado —. Te vi hablando con el equipo de Joseph y Theo. ¿Cómo están los civiles?

Nesta arrugó los labios y la nariz en una mueca.

—Bien... Aunque nos evaden como a una plaga.

Tenía intención de ser una broma, pero las miradas recelosas de los pocos que se atrevían a reingresar a lo que quedaba de la cúpula más el obvio distanciamiento dejaban notar que no era así.

Ren exhaló.

—¿Y podemos culparlos? —preguntó sin esperar una respuesta —. Prácticamente destruimos su hogar y normalidad.

—Pero también salvamos a nuestras familias allá afuera y a dos mundos de destruirse mutuamente —Nesta objetó.

Y entonces hubo una pausa en la que los tres desviaron la mirada al analizar lo que acababan de decir. Honestamente, ¿qué habían estado esperando? ¿Ser tratados como héroes? T casi se rió de sí mismo.

—A todo esto —Myah, interviniendo por primera vez después de un buen rato, alzó la vista de su digivice y miró alrededor —. ¿Dónde está Aina? ¿Saben cómo está su herida?

En ese punto no les sorprendería si la chica ya los hubiera dejado atrás, pero ninguno tuvo que buscar o pensar mucho en una respuesta cuando Aina en cuestión reapareció junto a Joseph y, sorprendentemente, Lina, quien al parecer había llegado junto a otro grupo desde la cúpula II.

El ambiente que los rodeaba era tan tenso que fue imposible no notarlo, y T apretó las manos en puños cuando vio, antes que Ren, Myah o Nesta, que alguien faltaba.

—¿Y Drey? —preguntó a penas estuvieron en su rango.

Los labios de Lina temblaron cuando desvió la mirada. Joseph le puso una mano en el hombro y Aina, pareciendo que ya había pasado por eso, solo respiró profundamente y agitó la cabeza antes de redirigir el tema de conversación.

—Yggdrasil dice que el tiempo se mueve diferente en ambos mundos —si alguno iba a quejarse sobre por qué la entidad no volvía a hablarles a todos por los digivices en lugar de a ella sola, Aina no les dio oportunidad —. Por ahora los datos se están estabilizando, así que mientras más rápido estemos listos, mejor.

—Básicamente: "levántense y busquen sus cosas que nos vamos ya", ¿no? —fue Ren quien habló después de un segundo de pausa, justo antes de volver hacia Joseph —. ¿Realmente está bien que dejemos todo esto así como está?

El hombre asintió lentamente y se llevó una mano a la nuca.

—Veré con Abraham qué hacer —dijo, y soltó un pesado suspiro al mismo tiempo que echaba un ojo hacia donde habían civiles y agentes reunidos en pequeños grupos. Para ser sincero, no quería involucrarse más en un sistema del que probablemente querrían echarlo a patadas, pero la verdad era que, como adulto, le avergonzaba que eso era lo único que podía hacer por ellos —. Ustedes ya hicieron mucho y sería bueno que todos olviden sus rostros lo antes posible. Solo queda que traigan a Theo.

DIGIMON: PROYECTO NEXUSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora