Nadie me amenaza

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- Familiares de la señorita Harleen Quinzel-Parker- decía un policía.

- Soy yo, soy su esposo- decia cierto castaño con poderes arácnidos, acompañado de un pequeño niño de pelos rubios y ojos avellanade no más de 5 años, quien acompañaba a su padre, además de que tenia una mirada algo perturbada.

- Puede llevarsela- decía el policía, dejando entrar al castaño y al chico a unas celdas, donde dentro de ella estaba una mujer de cabellos rubios desordenados con las puntas rojas y negras, cabía recalcar que tenia su rostro, manos y vestido manchados de sangre.

-Hola, mi amor, ¿como esta Benjamin?- decía la mujer, reconocida como Harleen Quinzel, alias Harley Quinn, ex-criminal y actual vigilante.

- Esta bien, esta algo asustado pero esta bien- en eso el castaño suspiro pesadamente- Harley, ¿ahora que hiciste? Es la tercera vez que vengo a recogerte a la comisaría-

-Pues.....-

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*Flashback*

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- Y eso me dijo papá acerca de sus poderes- decía el niño rubio, siendo acompañado por su madre, caminando por la calle, quien tomaba su mano, pues hablaba sobre el reciente descubrimiento de sus poderes.

- Bueno, cariño, tu padre siempre decía que, "un gran poder conlleva una gran responsabi....-

-¡Alto, no se muevan!- era el grito de un hombre quien llevaba una pistola en la mano, la rubia solo escondió detrás de ella a su hijo, quien tenía una mirada nerviosa.

- Oh... dime que no lo hicis... un momento... ¿D'Angelo?-

-¿Q-quinn?- el hombre rápidamente se puso nervioso, pues intento asaltar a la persona que alguna vez fue su jefa, de parte de su jefe.

- Apuntarme con un arma, no solo a mi, sino a mi hijo, ¿en serio Angie?~ Harley se acercaba poco a poco al asustado hombre.

-¡A-alejate de mi maldita loca!- estaba por disparar cuando de una patada en la mano, hizo que soltara la pistola.

- Benjy, cariño, tapate los ojitos y las orejas, mami va a charlar con su amigo- le dijo de una manera cariñosa al niño, quien solo obedeció ante lo pedido de su madre, quien solo trono sus puños, mientras empezaba a reírse como desquiciada.
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-A veces las malas costumbres no se van- decía el castaño, caminando junto a su esposa e hijo, quien tomaba la mano de ambos, tenia suerte de que pudo pagar la fianza de su esposa, agradia tener una empresa.

- Que puedo decir, querido, se lo busco, nadie me amenaza y menos si Benjy esta presente- esta solo se limito a besar a su esposo.

- Jeje, te amo-

- Lo se, arañita~

FIN

FIN

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