— Michael, la vida en Manhattan es una mierda.
Un Omega rubio se quejó mientras hablaba por teléfono.
— Luz, hermano. No hables así, te ves mal.
El rubio sonrió burlón cuando iba a cruzar la calle, la luz del cruce peatonal dió luz verde y la mayoría de personas estaban yendo cada una por su lado, ignorando a todos, no importa si es una anciana, un alfa chulo o un omega alucinante. Las personas aquí no muestran interés por nada que no sea su propia vida.
Las personas chocaban unas con otras a veces, pero no sé giraban para romperse la madre como cuando fue a un país de Hispanoamérica; por eso dice que la vida en Manhattan es una mierda, es porque es aburrida. ¡No tiene el sabor del caos!
Soltó un silbido cuando miró a un alfa peliverde cargar a un chico lindo para que no pisará una mancha en el suelo.
— Luz, tienes una cachorra de cinco años, compórtate.
El llamado Luz, es Lucifer Morningstar.
Un precioso omega de alta alcurnia, educado cuando quiere y es fanático de la vida libre, sin ataduras y ama mucho las aventuras que le dejarán muy buenas experiencias.
Puso los ojos en blanco cuando escuchó a su hermano gemelo decir eso, lo mismo que su padre decía siempre que lo veía. ¡Cada vez era el mismo discurso! Hasta se lo sabía de memoria. ¿Acaso no tenían imaginación para algo más?
Sonrió divertido. — ¿Desde cuándo mi bebé es señal de no hacer lo que quiero?
— Eso no es lo que dije.
— Eso entendí. — repuso algo molesto — Michael, mi niña es un angelito, sabes que hago lo que está en mis manos y en mi poder para que a ella no le haga falta un padre alfa. Su padre es dueño de Lulu World, el parque de diversiones favorito que los niños aman. — sonreía mientras saluda a su otro hermano que es criminalista, Azrael Magne.
Evitó chocar con otras cinco personas que no lo miraron, ni por encima del hombro. ¿Y qué creen? ¡Eran cinco putos alfa que tenían oro en los huevos! Oh, y no es porque los haya visto. Es que generalmente los manhattensis no ven a omegas porque les resultan inferiores.
Putos de mierda, si de omegas nacieron.
Chasqueó la lengua cuando finalmente llegó a la parada de autobús.
— Lo sé, sé que por eso te cambiaste de nombre y te pusiste el apellido de mamá. No quieres que Charlotte sufra por atención innecesaria.
Lucifer sonrió de lado cuando sacó un pequeño dulce de manzana de su chaqueta de cuero blanco.
— No te preocupes, hermano mayor. — suspiró — Mi auto está en el taller y debo pasar por Charlie a su guardería, te llamaré cuando estemos en casa.
Escuchó un par de palabras más y cortó, mirando como su caja de metal mágica se acerca para llevarlo al lugar que su bebé odia a veces.
<El preescolar.> Cosa que también le gusta porque puede ver a su amiguita, una linda Omega albina de piel morena.
Subió y tomó asiento cerca de la entrada, necesitará salir de un dos por tres, ya que vio a tres alfas verlo de forma muy asquerosa. En sus feas caras se le miraban las intenciones que tienen contra un omega lindo, débil e indefenso como él.
No traje mi gas pimienta hoy, mierda.
Se sentó lo más discreto que pudo y se hizo chiquito en dónde estaba, ocultando su aroma al cien por ciento, sus ojos miraban directamente al suelo. Era una posición muy incómoda, pero había un cierto aroma almizclado en el aire que lo relajó.
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Un Omega en Manhattan [RadioApple]
FanfictionDespués de haber muerto a manos de Lilith, la vida mortal de Lucifer Morningstar no es color de rosa...