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Ser el asistente de un empresario exitoso, sin decir hermoso y sin contar también que es algo así como el amigo de la pequeña princesa es algo entretenido. Él fue buscando algo para no aburrirse en el mundo humano, encontró algo que es lo suficientemente entretenido que no se siente aburrido en lo absoluto. Lleva una semana trabajando para el bello Morningstar y se ha dado cuenta de varias cosas en ese tiempo.

Lucifer se levanta temprano a pesar de que se acuesta a altas horas de la noche para trabajar, revisando papeles que tengan que ver con el parque, Apple, y otras cosas que no dejan de sorprenderle. ¿Acaso el antiguo soberano tuvo tanta gloria como en su vida como mortal? Suponiendo que fue el ángel más querido de Dios antes de que Jesus y el gemelo de Lucifer, ese tal Michael o Miguel intervinieron... ¿Está fantástica vida es el fruto del amor de Dios hacia él?

Aunque eso es una teoría equivocada.

Segundo, Charlotte es dormilona y quizás se deba a su edad porque aún es un cachorro de cinco años. Es natural que siempre que él va a levantarla diga esa típica frase de los niños mortales: cinco minutos más, por favor. Hay días en los que él se encarga de la pequeña alfa, los días en que ocurren es cuando Lucifer tiene reuniones con algunos de los inversionistas y llega a altas horas de la madrugada; lo que lo sorprende es que él no venga pasado de copas y venga tal cual se fue... Aunque el cansancio si se le nota mucho algunas veces.

Lucifer es un padre responsable que mantiene alejado la vida laboral de lo personal, lo ha visto estresarse muchas veces por las noches. Durante el día es el papá feliz de su pequeña hija, complaciendo sus caprichos, regalando las mejores sonrisas a su pequeña hija.

"Es un gran padre." Debía admitir pese a qué no quisiera.

— Al... ¿Puedes venir?

La voz del señor de la casa (su jefe), retumbó por los pasillos mientras él preparaba el almuerzo.

Lo tercero, sería que Lucifer es un omega que necesita de cariños constantes, necesita sentirse aceptado por los que lo rodean. Por consecuencia, Alastor se ha visto obligado a hacer algo que está en contra de su naturaleza. Acariciar a alguien, darle un abrazo cuando se deprime, decir palabras bonitas cuando se derrumba en las paredes de la oficina.

Abrió la puerta sin pedir permiso, solo observó como él veía a través de la ventana... Con una expresión inusual en su normal lindo rostro, el gesto con el que más lo ha visto. Una sonrisa, pero ahora no hay ni una sola en su linda cara. Solo percibía incomodidad, su aroma se lo decía.

— ¿Me necesitas? — apenas cerró la puerta y observó cómo el rubio iba hacia él y hundía su rostro en su pecho.

"No me acostumbro a esto." Hizo una mueca que el rubio no pudo ver, su aroma tampoco lo delataba así que solo dejó que su aroma almizclado saliera para calmar al pequeño rey sin recuerdos.

— ¿Sucedió algo? — preguntó, acariciando los cabellos del más bajo con cierto cariño.

Lucifer alzó la mirada, sus ojos azules se encontraron con los castaños de su sirviente alfa.

— Solo... Pasó algo sin importancia. — sonrió a duras penas.

No puedo decirle lo de mi vida personal, aún no confío en él totalmente.

Se alejó un poco cuando ya se sentía menos nervioso, miró al alfa castaño que lo observaba extrañado.

"¿De verdad no sucedió nada?" Lucifer sonreía, pero su dulce aroma estaba amargo.

— ¿Seguro?

— Sí. — se acercó al escritorio — ¿Puedes empacar la ropa de Charlie? También haz tu maleta, nos vamos de viaje.

Un Omega en Manhattan [RadioApple]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora