"Este lugar es demasiado grande solo para cincuenta ancianos."
Alastor veía como varios ancianos entraban en la mansión dónde una melodía extranjera con un idioma extraño comenzaba a escucharse hasta las próximas dos calles del complejo de mansiones que había por el lugar. Algunos se giraban para ver en su dirección, mirando sospechosamente a su señor que hace rato había entrado a la mansión que es la originaria del ruido.
— Se veía mal por tener que llevar a Charlotte. — susurró.
Él está completamente cómodo en el estacionamiento, no hay nadie que pueda perturbar su paz. Finalmente está solo de nuevo, como hace cinco años que llegó en busca del rey del infierno, y viéndose ahora comienza a preguntarse muy en el fondo. ¿Realmente está solo? Lucifer se porta bien con él, Charlotte es una niña encantadora y le demuestra afecto.
Ha logrado encontrar su lugar en esa pequeña familia de dos personas, ha logrado acostumbrarse al coqueteo del rey casi descarado. Pero, nomás de coqueteos, Lucifer no ha intentado insinuar como había visto los últimos cinco años que estuvo vagando por el mundo. Lucifer parece un niño temiendo ser abandonado, temeroso de hacer algo que no sea de su agrado. ¿Quizás por eso no da el siguiente paso?
— ¿Por qué su majestad actúa de forma tan extraña?
"¿Tiene que ver con qué su lado angelical y demoníaco han sido arrebatados de la esencia de su alma?" No es una mala teoría.
Pero su comportamiento no cambia demasiado como para ser extraño, solo una leve alteración en su apariencia es lo que lo deja con las dudas. Incluso ha mostrado tener pesadillas las últimas dos noches, su rostro palidece cada vez más. Sintiendo una presencia casi ominosa en donde sea que Lucifer haya estado solo por mucho tiempo.
— Incluso lo escuché hablar solo cuando salió con sus hermanos. — murmuró.
Sonrió divertido.
— Amo las conspiraciones, pero nunca intenté descifrar una antes. — se recargó en el volante mientras le subía a la radio — Ahora comprendo a Zestial, la curiosidad es muy agobiante. — sonrió, sus ojos brillando en un rojo carmesí.
"¿Y sí voy a divertirme un rato?" Se humedece los labios.
Al final de cuentas.
¿Cuántas décadas han pasado desde que asesinó a alguien de su ciudad natal?
Debe verificar con sus propios ojos que tanto ha cambiado.
🍎 • • • 🍎
— ¡Querido! Te ves horrible, jaja.Una de las esposas de los ancianos se acercó a Lucifer solo para decir eso, con una sonrisa de satisfacción al verlo con una cara agraviada.
No me siento bien.
Sonrió a duras penas, sosteniendo la mano de su querida hija, la que ve con sospecha y ¿desagrado? a todos los que están en la fiesta y ven a su padre con desdén y apatía.
Charlotte está molesta con todos los alfas, betas y omegas que ven a su padre hacia abajo. Indignada de que esa fea señora le haya dicho eso a su papi. ¿Por qué su papi no dice nada?
Lucifer hizo una mueca. — Sí... Jeje, no me he sentido muy bien estos días... — dijo con incomodidad.
Charlotte miró el rostro de su papi, preocupada.
Su aroma a sándalo salió para consolar a su padre, deseando que él se sintiera mejor y sonriera como siempre lo hace. ¿Por qué su papi no sonríe?
La señora, percibiendo el aroma de la cachorro frunció el ceño, malinterpretando las intenciones de la pequeña.
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Un Omega en Manhattan [RadioApple]
FanfictionDespués de haber muerto a manos de Lilith, la vida mortal de Lucifer Morningstar no es color de rosa...