24

2.7K 409 67
                                    

Alastor fue lanzado contra la pared, jadeando por quinta vez debido a los impactos seguidos que ha estado recibiendo. Su rostro está levemente hinchado, uno de sus labios está roto y su cuerpo malherido. Pero eso no es importante justo ahora, lo más importante de su vida yace delante de él, en un estado total de odio y resentimiento, dónde lo único que viene a su mente es la venganza y en matar. Su omega se veía totalmente fuera de sí - aunque realmente lo está -, Lucifer no es más que una entidad maldita ahora.

"Realmente pega duro." Sonrió.

Nunca en su vida ha tenido una pelea frontal con el gran soberano anterior, esta es la primera vez que le da un golpe como para reiniciar su muerte. Pero, puede percibir que él está conteniendo todo su poder, su Lucifer sigue ahí... Resistiendo a ese pecaminoso deseo de controlarlo para causar caos a su alrededor, su rey sigue luchando contra él mismo... Contra esa parte que desconocía no hace menos de dos semanas... Su omega lo ve con una sonrisa mientras que sus ojos muestran desesperación, trayendo varios recuerdos muertos en su mente. Cuando estuvo encadenado a la difunta ex reina, cuando ella fue ejecutada por los príncipes del infierno obtuvo su libertad pero perdió algo importante que solo hasta ahora puede comprender la importancia en su vida infernal.

"Perdí al rey esa noche, cuando él tenía algo que decirme y le dieron la noticia de que Lilith estaba en el castillo."

Gruñó cuando el rubio lo agarró del cuello y comenzó a asfixiarlo. Sus ojos notaron los del contrario, había lágrimas en ellos mientras la maldad parecía consumirlo desde dentro, Lucifer está sufriendo ahí dentro y eso es su propio poder. Sus ojos se veían tristes mientras que su cuerpo hacía lo contrario.

— L-lucifer... — llamó con dificultad.

El espectro no reaccionó y simplemente volvió a lanzarlo al aire.

Alastor rodó por el suelo, chocando de nuevo contra los pedazos de los muebles rotos hacían una cama detrás de él y le daba la suave bienvenida; tan suave que incluso astillas se insertaron en su piel causando que comenzara a sangrar.

Soltó una risa quejosa.

— M-mi señor... Soy yo... Alastor. — volvió a intentar ponerse de pie.

Lucifer, no. El espectro ladeo el rostro, confundido mientras que el castaño cayó en cuenta de una cosa... ¿Acaso la memoria del rey del infierno lo reconocería por su aspecto original? Es la duda que surcó su mente.

Intentó acercarse pero Lucifer volvió a tirarlo contra la pared.

"Le encanta la violencia." se rió por lo bajo mientras sostenía las costillas.

El espectro retrocedió a la vez que Alastor iba de nuevo a él, aparentemente quería decirle algo al rey pero nada salía de sus labios. Sola quería acercarse a él, abrazarlo y decirle que todo estará bien, que solo debe calmarse y escucharlo.

Lucifer se quedó quieto, mirando al castaño quejarse del dolor pero aún insistiendo en acercarse a él. ¿Qué acaso no le duele? Se preguntaba porque el humano insistía, no son cercanos aparentemente (en sus memorias) ya que no recuerda haber conocido a alguien así. Pero por alguna rara razón algo viene a su mente, algo borroso pero imposible de distinguir. Solo ve una figura parada, parece sonreír mientras su mano se movía; parecido a un saludo... Lucifer se quedó quieto, tratando de reconocer esa figura, algo le dice que debe husmear aún más en sus memorias.

¿Quién es?

Se veía como llegaba con varias excusas para acercarse a él, solo caminaba hacia él, lo veía a él. Pero él veía a una mujer, podía sentir su corazón doler cuando recordaba a alguien en especial. ¿Quién es? La mujer se fué y alguien tomó su mano, sus ojos se movieron cambiando el panorama. Primero miró sus manos, sintiendo algo de nervios aún cuando es un recuerdo. Luego sus ojos se alzaron y vislumbra una cabellera roja con orejas que se le hizo familiar.

Un Omega en Manhattan [RadioApple]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora