Lucifer cargaba a su dormilona hija, llevándola a la parada de autobuses para dejarla en el jardín de infantes; dónde pasa la mayor parte del día mientras trabaja. Hoy también tiene que ir en el transporte público, pero no será por mucho tiempo ya que hoy le entregan el auto también. ¡Un magnífico día! Aunque desde que se levantó va de la mierda. Sus ojos no vieron a su vecina y chocó accidentalmente con ella, lucifer sudó frío cuando vió de quién se trataba.
De todas las que tengo... ¿Por qué tiene que ser ella señor?
Gritó internamente, ocultando el fastidio cuando la señora se giró y comenzó a criticarlo por ser un omega soltero, con un cachorro y sin alfa para que lo ayude. Y como es costumbre, la escuchó hablar y hablar por eternidades de minutos. Y le debe la vida a su vecino, al que no le conoce el nombre pero que lo ayudó a salir de ese aprieto. ¡La señora incluso le dijo cosas feas al vecino de buen corazón! Lucifer se mordía la mejilla interna, reprimiendo su aroma para que no muestre cuánto rencor le guarda a la señora.
Si tan solo Susan fuera treinta años más joven, veríamos si podría seguir hablando si le faltaran un par de dientes.
¡Para terminar de arruinar su mañana! El autobús lo dejó por llegar tarde. Y todo fue culpa de Susan.
— Cuídate mi amor, hazle caso a la maestra. ¿Sí?
— Sí papá, te amo.
Despedía a su bebé en la entrada del jardín, dónde ella le dió un beso y abrazo para correr con sus amiguitos dentro del establecimiento.
El omega rubio suspiró, se despidió de la maestra y corrió al taller para recoger su bendito y amado auto. ¡Su jersey de patos! Infantil, lo sabe. ¿Y a quién le importa si es infantil o no? Es suyo, el dinero es suyo y hace lo que quiera con él.
¿Se me olvida algo?
Miró a los lados y luego a su móvil, sintiendo como comenzó a vibrar.
*Llamada entrante: Azrael.*
Alzó una ceja y sonrió, su hermanito finalmente lo llama luego de no haberle devuelto el saludo en medio de la calle.
— ¿Hola? — sonrió.
(— Luci, dime dónde estás.)
Morningstar alzó una ceja.
¿Por qué parece preocupado?
— Pues ...
📻 • • • 📻
Un caballero con traje de sastre cruzaba los callejones de la ciudad, esos callejones dónde ni una rata le gustaría vivir, pero por la falta de viviendas para ratas tienen que vivir en ese asqueroso basurero. Pero su estancia ahí no es por la falta de viviendo, él vive en las sombras; dónde nadie más que él puede acceder. ¡Y da la casualidad que ahí abundan las sombras!
"Las calles de Manhattan están especialmente ruidosas hoy."
Sonrió, apenas entró al callejón su apariencia cambió casi totalmente. Su cabello antes castaño ahora es rojo con pigmentos negros en las puntas, un par de oreja que se ven faldas pero son muy reales y puedes comprobarlo si las tocas; pero ten en cuenta que si lo haces... Eminentemente vas a morir y eso no es negociable. Su traje de sastre ya no estaba, ahora solo usa un abrigo rojo con negro a rayas, un bastón negro con un micrófono de radio, un lente en el lado derecho del rostro y una escalofriante y tétrica sonrisa.
— ¡Sí! Encontraron los restos de un par de hombres debajo del puente.
Sus orejas se movieron cuándo descifró que hablaban de su último gran trabajo. Los dos hombres de los que hablan no eran más que unos pobres diablos, los mismos que querían hacer cosas horribles a su señor.
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Un Omega en Manhattan [RadioApple]
FanfictionDespués de haber muerto a manos de Lilith, la vida mortal de Lucifer Morningstar no es color de rosa...