32 | BAD ROMANCE

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Quiero tu amor y quiero tu venganza

HEATHER
EVANS

No saludé a Bruce al llegar.

Cuando pasé cerca de él no me molesté en hacerle saber mi llegada, y por suerte tampoco lo notó debido a que estaba muy entretenido hablando con Matt sobre algo que tenía que ver con mi fiesta de esta noche. Lo cual agradecí ya que de tener que cruzar palabras con él en ese momento no me habría podido contener de dejar salir mi enojo a flote.

Crucé por el jardín delantero y fue un poco inesperado ver a muchas personas decorándolo. Pero fue más sorprendente entrar a la mansión y toparme con muchísimas más gente yendo de un lado para otro con comida, postres y mesas; todos recibiendo órdenes de mi madre. Ella estaba en medio del salón moviendo sus manos mientras daba algunas indicaciones a gritos. Me acerqué a ella esquivando a las personas hasta situarme a su lado:

—¿Qué es todo esto?—pregunté con sorpresa.

—Tu fiesta de cumpleaños—respondió con obviedad. Luego gritó a alguien—: ¡No, no, no! ¡La fuente de chocolate va en el jardín!

—¿Cómo para cuántas personas es todo esto, madre?—miré la cantidad de sillas y mesas que transportaban por el salón principal hasta perderse en las puertas que daban a la sala de estar. Supuse que se dirigían al jardín.

—Tu padre dijo que para unas cuarenta personas por lo menos. ¡El pastel en la cocina, muchachos! ¡¿Y ustedes a donde van con eso?! ¡Esas botellas de champagne son para el brindis!

Rodé los ojos y decidí subir a mi habitación dispuesta a no salir de allí hasta que fuera necesario. Caminé por el pasillo solitario del segundo piso pensando en que esta noche la tendría muy ocupada atendiendo a las personas.

Sí tan solo hubiera escuchado las palabras de Bruce en el auto… ¿como rayos no le escuché preguntarme si quería una fiesta de cumpleaños de este tamaño? Estoy segura de que no desaprovechará la oportunidad de anunciarles a todos que su “querida” hija, Heather Evans, seguirá con la tradición de la familia. La cual era trabajar en esta estúpida empresa.

Para colmo siendo la asistente de una mujer que se cree inferior a mí.

Aunque ahora lo que más me importaba era: ¿cómo se supone que actuaría normal frente a Bruce sabiendo que me había mentido? Que me había ocultado cosas. Y no me sorprendería tanto sí no supiera que el día del funeral le había llorado al cuerpo inexistente de mi hermano en aquel ataúd, cuando en realidad estaba en ese frío lugar siendo revisado.

De tan solo imaginármelo me recorría un escalofrío.

¿Dónde estaría en este momento? ¿En el cementerio?

La tarjeta que Marylin me había dado estaba en mi bolso. Y prometí que cuando ordenara mis pensamientos le mandaría un mensaje y acordar una fecha para vernos.

Solté un grito ahogado cuando, luego de entrar a mi habitación, unos brazos me apresaron por detrás, pegando mi espalda a un pecho duro.

—Por favor dime que no me harás vestirme de traje—murmuró la voz grave de Andrew en mi oreja, provocándome una sonrisa.

Me giré hacia él luego de arrojar mi bolso hacia el escritorio, sonriente de pronto. Claramente tuve que elevar la vista para poder encontrarme con esos ojos azules que tanto lograban hacer que me olvidara de lo malo.

HEATHER: Promesas Rotas © [Primer Y Segunda Parte]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora