Capítulo 3 | Take me firts

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Si pudiera escaparía
Cambiaría la culpa
Puedes tomarla antes de que me tome a mí

ANDREW


Manejé con tranquilidad hasta la mansión. No tenía planeado volver ahí hasta que Heather saliera de su trabajo en Solutions Evans, pero tampoco quería que Bruce se enterara de que no estaba en la mansión cumpliendo con mis otras responsabilidades aparte de ser guardaespaldas.

Porque sí. Aquel hombre exigente había dicho que, como Heather pidió ser más independiente, yo debía trabajar como un hombre de seguridad más en la mansión. Para que tuviera algo que hacer cuando no estaba con la chica de ojos verdes.

Bruce me tenía en la mira desde que me ausenté en el pasado sin avisarle. No obstante, como he estado haciendo de manera correcta mi trabajo últimamente (aparte de seducir a su hija) ya ha dejado de mirarme mal. Aunque eso no signifique que no se asegure de que yo esté cumpliendo órdenes en la mansión cuando él y Heather no están.

Ya no podía seguir pidiendo el día libre con la excusa de ir a ver a mi inexistente familia. No tan a menudo al menos.

Dominic, ¿acaso eres imbécil o te haces? la voz furiosa de Matthew me desconcertó.

Lo miré con una ceja alzada desde mi cama, recostado y con los brazos descansando cómodamente detrás de mi nuca.

¿Y qué se supone que hice ahora?

Mi tío cerró la puerta de la habitación con algo de fuerza y caminó hasta quedar en los pies de la cama. Se cruzó de brazos y me observó con ojos criticones y muy molestos.

La Srta. Evans me acaba de decir que llegaste muy ebrio anoche, Dominic. ¡Ebrio, maldita sea!

Me incorporé en la cama, viendo como Matthew amenazaba con ahorcarme. Realmente estaba molesto. Y lo peor era que estaba en todo su derecho, incluso yo mismo lo estaba conmigo.

Nadie, excepto ella, me vio me encogí de hombros, lo cual sirvió para hacerlo enfadar más.

Dominic...

Andrew interrumpí, cortante.

Matthew negó con la cabeza y caminó hasta quedar frente a mí. Me miró desde arriba, sus cejas fruncidas y expresión de impaciencia.

No. Dominic sentenció—. Andrew es el maldito sicario que tiene siempre todo bajo control y jamás comete un error tan estúpido como el que cometió Dominic.

»Y Dominic es el imbécil que tengo frente a mí; el que pierde el control de sí mismo, no toma debidamente sus medicamentos y, ahora, es un maldito ebrio.

»¿Qué te sucedió ahora?

Silencio. La habitación se llenó de ese incómodo silencio que tanto odiaba en momentos como éste. Me hice la misma pregunta y supe que contarle a Matthew no sería tan mala idea.

Alisson.

La expresión de mi tío se suavizó y dejó caer sus brazos a su costado lentamente, sorprendido. Hace algunos años que no tocábamos el tema de Allison porque eso implicaba hablar de lo sucedido aquella noche. Y yo no quería recordar su rostro perturbado, la sangre, su tierna voz llamándome monstruo, y luego las sirenas de la policía.

¿Te has sentido... desconectado de la realidad? preguntó, cauteloso.

Negué.

HEATHER: Promesas Rotas © [Primer Y Segunda Parte]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora