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HEATHER EVANS



Lo admitía; estaba terriblemente nerviosa.

Mi padre me había dicho la noche anterior, durante la cena, que hoy partiríamos hacia la empresa a las siete y media de la mañana. Ese era el horario en el que todos deberían entrar a trabajar. Aunque él podía llegar a las ocho, debíamos salir media hora antes para poder llegar a tiempo.

Así que aquí me encontraba; colocándome una falda negra que se amoldaba bien a mi cintura. Metí la parte inferior de mi blusa blanca por debajo de la falda y encima me puse un abrigo negro, dejándolo desprendido. Me miré en el espejo de cuerpo completo para apreciar como me quedaban mis zapatos junto a la ropa, y quedé satisfecha.

Decidí dejar mi cabello suelto y usé un maquillaje sutil pero que hiciera resaltar mis ojos y labios.

Por último tomé mi celular, mi cartera de mano y salí de mi habitación.

Pasé por la habitación de Andrew con la intención de tocar su puerta para despertarlo y decirle que debíamos irnos. Sin embargo, dejé la mano hecha puño a medio camino, reconsiderándolo mejor.

¿Andy no estaba haciendo de seguridad nocturna últimamente? Tal vez debería dejarlo dormir más considerando el hecho de que eran las siete de la mañana y, hasta donde sé, el turno de guardia se acababa a las cuatro de la madrugada.

De pronto, las imágenes del beso llegaron a mi mente. Me pregunté, ¿como debería reaccionar ante eso? ¿Cómo debería hablarle a mi guardaespaldas?

Él no había mostrado señales de arrepentimiento. Así que eso significaba algo bueno, ¿no?

—¿Qué haces ahí?

Pegué un pequeño salto en mi lugar, sobresaltada y sorprendida. Me volteé hacia la derecha y me encontré con mi padre a unos metros, acomodándose su traje. Me miró expectante.

—Creí que... —comencé a decir de forma nerviosa.

—Andrew no vendrá hoy, Heather—me interrumpió con voz seria, comenzando a caminar hacia las escaleras—. Además déjalo descansar. Hizo un par de horas extras anoche.

Me quedé en silencio y le di una fugaz mirada a su puerta antes de seguir a mi padre, dudosa. La idea de salir de la mansión sin Andrew me traía un poco nerviosa, en especial cuándo me sentía un poco perseguida luego de lo que... el asesino había dicho.

Y hablando del asesino, no sabía en que momento podría volver a verlo. Sí era cierto que me seguía a todas partes eso explicaría el hecho de que nos interceptara a Andy y a mí ese día que fui al centro comercial, y luego de que me pillara sola en la fiesta de Jack.

La verdadera pregunta que no me había hecho hasta este momento, tal vez por miedo, era: ¿por qué no me había matado? ¿Por qué no me había hecho daño a mí y a Daryl sí?

"El hombre que más amarás en un futuro"

"Vi lo que ese chico te hizo. Vi cómo hizo llorar a mi chica"

"Siempre estoy observándote. Siempre te sigo a todas partes"

Y luego de eso no era capaz de recordar lo demás con claridad. Supuse que debido al estado de ebriedad en el que me encontraba en ese momento.

—Hoy tengo una reunión con los directivos—me informó Bruce cuando salimos de la mansión. Su auto estaba al final de las escaleras, listo para usarlo. —. Te presentaré con ellos y luego tú y yo daremos un pequeño recorrido por la empresa, hija.

HEATHER: Promesas Rotas © [Primer Y Segunda Parte]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora