CAPÍTULO 7 | STRANGERS

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(***)

Solo somos una habitación llena de extraños

Buscando algo que nos salve

Solos pero juntos

Muriendo por vivir y viviendo para morir

ANDREW

—¿Qué tal la noche? Se ve que te diviertes —dije llegando hasta un lado de Heather, quién parecía estar a punto de dormirse sentada. Sus padres ya no estaban en la mesa. Se encontraban hablando con otras personas a unos metros más alejados, por lo que me tomé la libertad de tomar asiento.

La rubia me miró de mala forma.

—Claro. Me gusta tanto estar aquí como a ti te gusta ser mi guardaespaldas —dijo con sarcasmo.

Elevé las cejas un poco.

—¿Tanto se nota? —pregunté suprimiendo una sonrisa.

—Solo cuando te hago enojar y te contienes por golpearme.

Me removí, incómodo. Debía controlar mis problemas de enojo.

—Si detestara por completo mi trabajo, no me habría quedado anoche a dormir en tu habitación. Exactamente en tu sofá rosita color fresita.

Heather rodó los ojos.

—Uno; las fresas son rojas, Andrew —soltó con obviedad —. Y dos; no creas que por haberme hecho ese favor, me caerás bien ahora en adelante. Era tu trabajo después de todo.

—¿Qué cosa? ¿Hacer de tu mami? Oh, perdona. ¿Me faltó contarte un cuento?

—¡Cállate! —exclamó con el ceño fruncido y las mejillas rojas, avergonzada. —. N-No m-me refería a eso. Yo... tal vez quise intentar suicidarme de nuevo, ¿no crees? Y tú debías evitarlo.

Me acomodé mejor en la silla y me acerqué a ella. Observé que sus padres aún no llegaran antes de decir lo siguiente. 

—Responde con la verdad. ¿En serio quieres acabar con tu vida aún? —pregunté con total seriedad.

Heather desvió su mirada, sin embargo pude notar sus ojos verdes brillosos. Tragó saliva antes de responder. Primero entre abrió la boca, como buscando las palabras adecuadas. Pero terminó por cerrarla de nuevo.

—A su hermano no le habría gustado eso, Srta. Evans —expresé con suavidad.

—¿Ahora no me tuteas? —preguntó con una risa sarcástica y amarga.

—Es en serio.

—Lo sé —me miró con una pizca de tristeza reflejada en sus ojos—. Por eso no me quitaré la vida. Yo no quiero hacer eso realmente. Daryl no lo habría querido.

Me alejé de ella y relajé mis hombros. Desvié mi mirada hacia sus padres, pensativo.

Ambos se paraban y movían con elegancia. Sus ropas caras y accesorios podría costar más de lo que yo ganaba en mi otro trabajo. Hice una mueca al notar sus falsas sonrisas.

HEATHER: Promesas Rotas © [Primer Y Segunda Parte]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora