Max
Llegamos a Australia
APUESTEN PARA LA POLE
Seb
No sería un inicio de fin de semana sin Max apostando
Mark
Déjame adivinar a quien le vas a apostar la pole
¿No será a Jenson?
Max
¿Celos de que siempre le apueste la pole a Seb, Markie?
Mark
En tu vida me digas así de nuevo
Max
Le voy a apostar la pole a Seb
MARKIE
Nico
Ja Mark
Para que sigas llamándome Britney, idiota
MARKIE
Mark
Los detesto a ambos
Nico
Es lo más lindo que me has dicho
Mark
Supéralo Britney
Nico
Lo mismo digo, Markie
Mark se ha desconectado
No aguanta nada
Lewis
¿Alguien recuerda donde está la comida de Alfa?
Nano
Carajo, la dejé en mi habitación
Jenson
El inteligente
Nano
Vete al demonio
Maldonado
¿Quién es Alfa?
Rubens
El perro que los dejó en la cárcel
Felipe
No fue tan así
Todo fue culpa de Lewis y Jenson
Michael
Y aquí vamos otra vez
Lewis
Si tu no nos hubieras perdido, nada hubiera pasado, Felipe
Jenson
Literalmente tú me dijiste que me saltara la cerca, Lewis
Lewis
¿Y cómo porque me obedeciste, idiota?
Michael
Ya suelten el tema
Es asunto del año pasado
Mark
Lo importante es ver que vamos a hacer este año
Michael
Renuncio
Michael se ha desconectado
Max
Es tan divertido sacarlo de sus casillas
Lewis
Igual a Fernando
Nano
Jodete
Max
Ustedes siempre me desvían de mi cometido
¿Apuestas para la pole?
Trulli
Primero déjanos ver cómo van las libres y luego hablamos
...
Max se alejó de los hospitality que más frecuentaba y se fue hasta el de Toro Rosso con un pase que le dio Christian. Revisó que nadie que conociera lo estuviera viendo y entró. Vio a quien quería sentado junto a Jaime.
—Danny —el neerlandés se sentó en la misma mesa que ambos pilotos
—Hola Maxie —Daniel Ricciardo era a quien Max había ido a buscar— ¿Qué haces en Toro Rosso?
—Necesitaba un cambio de aires este año, estuve demasiado tiempo en Red Bull y Mercedes el año pasado —sonríe el rubio y Jaime siente que ya no es parte de la conversación
—¿Ustedes se conocen? —pregunta Alguersuari para no sentirse mal tercio
—Sí, desde niños, estuve en el paddock un par de veces cuando Max estaba aquí y nos conocimos cuando se escapó en 2003 de Ferrari —el australiano tiene esa sonrisa característica de él
—Nos hicimos amigos después de que escapamos juntos de los mecánicos de mi tío Michael —ambos se ríen recordando esos días y Jaime está decidido a dejarlos hablar
—Entonces estarán felices de hablar otra vez, mi novio ya llegó —el español huye
—¿Su novio? —pregunta Daniel confundido
—Su compañero de equipo, Buemi —contesta Max—. Se hicieron novios en mi fiesta de cumpleaños.
—¿Y no fui invitado? —pregunta Daniel con fingida tristeza
—No tenía tu número de teléfono —se excusa Max—. Si me lo das, te invito a la próxima.
Daniel le dio su teléfono y Max continuo la conversación hasta que el australiano tuvo que irse.