Después de la sesión de clasificación en Australia donde Sebastian se llevó la pole, los Grid Kids de Schumacher y el propio Michael fueron a buscar a Max para salir.
Sebastian los dejó entrar al hospitality de Red Bull y vieron al neerlandés con una sonrisa boba en su teléfono acostado en uno de los sillones, sin notar a nadie.
—Eso es raro —murmura Jenson
—¿Qué cosa? ¿Max mirando su teléfono con la sonrisa más estúpida del mundo? —pregunta Christian apareciendo de repente con un té en la mano— Lo hace desde finales de la temporada pasada.
Todos lo miran raro.
—¿Te refieres a que lo hace siempre? —pregunta Michael, él mismo ni enterado de eso
—Sí, durante las sesiones de clasificación o las practicas —contesta el británico y se bebe su té mientras se aleja— Emilian deja de holgazanear.
El adolescente lo mira y exhala bruscamente, para luego dejar su teléfono de lado y levantarse del sillón.
—Uno ya no tiene paz en este mundo —dramatiza el rubio para luego notar como tiene a ocho personas mirándolo—. Oh, ya terminaron la clasificación. No vi la hora. ¿Gané la apuesta?
Sebastian le sonríe y Max celebra.
—Vamos a salir ya, tengo hambre —Felipe sale del hospitality los demás solo lo siguen. Max lo hace y luego recuerda su teléfono olvidado en el sillón y vuelve corriendo por él. Envía un "Surgió una salida ¿te parece si hablamos luego?" y luego apaga su celular para seguir a los demás
—¿A dónde vamos? —pregunta Jenson
—Carajo —murmura Michael—. Los alcanzaré luego, reunión con el equipo. No hagan una estupidez.
El alemán se va rápidamente. Los demás solo se encojen de hombros y siguen hasta el estacionamiento.
—¿Quién maneja? —pregunta Nico
—Que no sea Felipe, ya tenemos malas experiencias —habla Lewis y el brasileño le muestra el dedo medio
—Yo lo hago —Mark toma las llaves de la mano de Fernando y se sube al asiento de piloto de la minivan. Fernando toma el de copiloto y a los demás les quedan los asientos de atrás.
—Después de Australia me alegro de que hayamos comprado un vehículo en el que cabemos todos —menciona Felipe
—Habló el que iba bien cómodo encima de Jenson —se burla Lewis
—¿Y tú perfecto cargando a Nico no? —contraataca el brasileño y el británico entorna los ojos
—Y no lo negó —se ríe Jenson
Nico mira a Lewis y le palmea el hombro con una sonrisa.
—Ya bésense —les dice Fernando
—Tú con Mark primero.
—Está conduciendo.
—Si no estuviera conduciendo hasta le saltas encima —bromea Nico
Sebastian mira por la ventana ignorando esas conversaciones, que Mark ya esté con Fernando no hace que él haya olvidado sus sentimientos. Al otro extremo, en la otra ventana, Max escribía a toda velocidad en su celular sin prestar demasiada atención a la conversación que mantienen los demás.
Un par de minutos después, Mark esta estacionándose en un restaurante.
—Por lo menos esta vez sí vamos a comer —exclama Lewis mirando con burla a Massa, quien le saca la lengua y abre la puerta de la minivan bajándose.
Nico y Lewis bajan de un salto, Jenson se enreda con sus pies y casi cae al suelo de cara si no es por Sebastian y Max quienes reaccionaron rápidamente y tomaron su brazo.
—Estaba listo para reírme —murmura Fernando con decepción
—Imbécil —Jenson lo mira mal
Max es el último en bajar de la minivan con un salto también para luego cerrar la puerta. Los ocho entran al restaurante y piden una mesa. El mesero toma las ordenes hasta que solo falta Max por ordenar, quien sigue enfrascado en su celular.
—Max —lo llama Fernando y el neerlandés no contesta
—Emilian —Felipe lo sacude y el adolescente lo mira mal—. ¿Qué vas a pedir?
Max mira al mesero y luego el menú ordenando lo primero que ve para volver a su celular.
—Estos niños de ahora —murmura Mark
—¿Tu novio te tiene tan ocupado? —pregunta Jenson con burla al menor
—No. Es solo que cambiaron una carrera de karting y los pilotos están discutiendo sobre eso —Max deja el celular en la mesa—. Sobre si se correrá en esa pista, cuando y demás. Y como estoy peleando la WSK Euro Series, tenía que saber que pasaba.
Todos lo creen.
—¿Cómo vas al karting si cada fin de semana estas molestando en un garaje? —pregunta Nico y el neerlandés lo mira mal
—¿Por qué crees que a veces no llego a los circuitos a tiempo o no voy? Puedo maniobrar ambas cosas.
La comida llega después, Michael los alcanza y se pasan hablando. Ninguno sin notar la mentira monumental que Max les contó para evadir la atención.