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Dejar a Felipe manejar siempre fue mala idea, pero dejarlo manejar mientras está cansado y medio dormido era una terrible idea. Pero nadie pensó en eso porque estaban cansados y dormidos.
Cuando el grupo se despertó media hora después de haberse quedado dormidos, el desconcierto y la preocupación se apoderaron del ambiente. El ruido del motor, el temblor de la carretera y el hecho de que el paisaje fuera desconocido les hizo darse cuenta de que algo no estaba bien.
—¿Dónde estamos? —pregunta Fernando, frunciendo el ceño mientras mira por la ventana
Sebastian se enderezó en su asiento mientras miraba a su alrededor con ojos somnolientos. Vio una carretera desierta, con árboles altos a ambos lados y ninguna señal de vida cerca.
—Felipe, ¿estás seguro de que estás en el camino correcto? —preguntó Daniel, levantando la voz para que pudiera oírlo desde el asiento del conductor
—Claro que no, no sabe seguir Google Maps. —se queja Lewis bostezando
—¿Cómo que Google Maps? ¿No era solo ir recto desde que salíamos del circuito? —el brasileño bosteza, mirando la carretera con una expresión confundida
—¿No sienten un deja vu? —pregunta Nico
Sebastian, Jenson, Felipe, Lewis y Max tiemblan.
—No acabaré en la cárcel otra vez, esta vez si me van a matar mis papás. —advierte Jenson
—Vamos, no puede ser tan malo, ¿verdad? —inquiere Valtteri nervioso
—Fue malo. Michael no nos habló por días. —responde Sebastian
—¿Qué hicieron? —pregunta Jules sorprendido
—Nos perdimos en medio de la nada por culpa de Felipe y, para colmo, fuimos detenidos por la policía porque Jenson se cruzó a una propiedad privada. —responde Lewis
—Perfecto —murmura Valtteri—. Esto no pinta nada bien.
Max revisa su celular para ver si puede comunicarse con alguien, pero no tenía cobertura.
—¿Alguien tiene señal? —pregunta el menor
—Nada por acá. —Sebastian revisa su celular y el de Kimi
—El mío lo tiene Oscar. —avisa Mark
—Sin batería. —exclama Lewis
—Sin cobertura. —confirman todos los demás
—Esto no me gusta nada. —murmura Jules
Después de un par de minutos Felipe se estaciona.
—¿Por qué te detienes? —duda Sebastian
—A Michael se le olvidó echarle gasolina a la miniván. Si continuo conduciendo, nos quedaremos varados tarde o temprano. —anuncia el brasileño
—¡Genial! —se queja Daniel— Entonces, ¿qué hacemos ahora?
—¿Bajar a pedir ayuda? —sugiere Jenson
Dudan que sea una elección razonable pues no se veía nada de civilización a kilómetros, pero lo hacen. Sin gasolina ni señal no llegarían lejos. Fernando abrió la puerta de la miniván mientras iban saliendo todos. Empezaron a caminar inseguros de hacia dónde se dirigían.
Max iba agarrado del brazo de Daniel caminando en silencio. Lo que solo desanimaba al australiano. Y por consiguiente a los demás, pues ambos eran buenos poniéndole emoción al ambiente.
