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Max estaba nervioso, quizás demasiado. Había planeado los regalos del cumpleaños de Carlos desde hace un mes y quería que saliera perfecto. Exhalo para tranquilizarse cuando escuchó pasos afuera. La puerta se abrió revelando al español que entra en la habitación con una sonrisa.
—Hola, Daniel me dijo que viniera, ¿Qué me quieres mostrar?
Max trató de que sus nervios no lo traicionaran guiando a Carlos al espacio que había creado para ambos. Una mesa en la esquina de la habitación contraria a los simuladores con luces encima para iluminar.
—Feliz cumpleaños —encendió las luces led doradas
En la pared, encima de las luces se podía leer "Contigo, cada momento es especial."
Sainz se acercó para ver mejor cual era el contenido de las imágenes.
—Somos nosotros. —sonríe tratando de ocultar su emoción—. Ese día en el garaje de tu casa, corriendo por el paddock, sacando a pasear a Alfa, cuando te felicité por ganar la carrera en el karting, comiendo hamburguesas en Alemania, el cumpleaños de Fer, jugando golf, helado en el hospitality de Williams, viendo Cars...
Carlos voltea para mirar a Max quien sostiene un ramo de Hot Wheels y flores.
—Gracias Maxie —Carlos no sabe donde mirar para no sonrojarse, así que toma el ramo con nerviosismo rozando sus dedos con la mano de Max, suficiente para alterarlos a ambos. Tomó la tarjeta entre los autos de colección en el ramo.
"Espero que este regalo te haga
tan feliz como tú me haces a mí, Chili.
Con amor, Maxie."
El español relee la pequeña carta varias veces sin la valentía para mirar al neerlandés, sus emociones son un desastre emocionado. Carlos sabe lo que quiere, pero también sabe que deben tomar esto con calma. Inhala dejando el ramo en la mesa para mirar a Max. La sonrisa y los ojos azules que esperan una reacción logran que Carlos se quede sin palabras, esta absorto en su Maxie.
—Dejé lo mejor para el final —murmura el rubio para tomar ambas cajas de regalo
Sainz, aún con dificultades para decir algo por lo atontado que el rubio lo ponía, logra tomar ambas cajas y observar el contenido. Toma primero la cadena y la mueve entre sus dedos.
¿Max había comprado eso para él?
Luego toma el reloj, nota el grabado en la parte inferior "C&M". No tarda en ponerlo en su muñeca y abrochar la cadena en su cuello. Son unos segundos lo que le toma volver a encontrar sus palabras.
—Son preciosos —exclama perdiéndose en el brillo azul de los ojos de Max una vez más
—Me alegro de que te gusten, pienso que pude haberme excedido un poco demasiado, quería que te gustara.
—Es perfecto, Maxie, completamente perfecto. El mejor regalo que me han dado.
Se miran a los ojos por un tiempo, hay cosas que las palabras no logran expresar, pero sus miradas lo hacen. Están en uno de esos momentos en los que no es necesario hablar, sino dar un paso y actuar. Max toma la mano de Carlos ajustando mejor el reloj y luego deja que sus dedos se rocen por unos segundos en la palma del español.
—Te quiero, lo sabes —Max suspiro—. Considero justo decir lo que siento ahora. Sabes que mi vida amorosa ha estado algo movida estos últimos meses y no quiero que eso llegue a interponerse en lo que quiero contigo. Estoy tratando de ir lento. Te lo juro, pero es difícil porque me gustaste desde que te vi en el hospitality de Ferrari.
—Me gustas desde que sonreíste la primera vez que nos conocimos, cuando éramos unos niños. Supe que sentía algo cuando salimos del club de golf. Después de pelearte con Daniel terminaste con la ropa sucia, pero sonreíste y no me importó mas nada que quedarme mirando tu sonrisa. Opacaste todo lo demás. Estoy dispuesto a esperar el tiempo que necesites, Maxie, solo por ti.
Max afirma su agarre en la mano de Carlos con mas confianza, deja caer su cabeza en el hombro del español.
—Solo debo enterrar mi relación con George para siempre, prometo que no me tomará mucho.
—Sabes, el día que mi papá me llevó al hospitality de Ferrari a conocer a Michael Schumacher no pensé que el niño que tenía a mecánicos corriendo como locos seria de quien me enamoraría —se ríe Carlos—. Me gusta la pequeña amenaza, el terror de Ferrari. Ahora temo que Michael me mate por salir con su niño.
—Duerme con un ojo abierto —bromea Max
—Creo que tendré que hacerlo. Tu padres me dan miedo.
—Estoy en peor condición. Estoy esperando que el tío Michael se entere que tomé su tarjeta para comprar algo.
—¿Qué compraste?
—Su regalo de navidad. —responde Max jugando con la cadena en el cuello del español
—¿Compraste el regalo de Michael con su dinero?
—Si, me gasté el mío en ti. Pero solo fue una mitad, no me salió por millones. —se ríe el neerlandés golpeando suavemente su dedo en el pecho de Carlos
Se sientan en el sofá riendo. Sainz pasa su brazo por los hombros de Max y el rubio inclina nuevamente su cabeza en el hombro del español.
—¿Qué le compraste?
—Es un secreto —susurra Max con una sonrisa
—Max... —el español alarga la a tratando de convencer al neerlandés que sonríe y confiesa
—Le compré un auto —Max responde como si fuera algo de todos los días—. Mitad su dinero, mitad mío. Ni que le hubiera comprado una isla.
Carlos a veces olvidaba lo nepobaby que era su Maxie, así que solo puede reírse.
—Eres un pequeño niño mimado, ¿sabías eso? —pregunta el español jugando con el cabello del neerlandés mientras lo mira a los ojos
—Por eso Lance es uno de mis mejores amigos —el rubio no le da importancia apartando la mirada porque Carlos lo estaba poniendo nervioso
Sainz toma el mentón de Verstappen suavemente guiando su mirada a él. Se inclina lentamente esperando que Max no le niegue esto. Las luces iluminan la escena cuando sus respiraciones se mezclan, casi sin aliento.
A milímetros para besarse, la puerta es bruscamente abierta por Michael quien ya se había cansado de esperar. Claro, la escena que se encontró no lo ayudó a tranquilizarse en lo absolutos.
—Mierda —exclama Max sorprendido
—Estoy muerto —murmura Carlos resignado
—¡Michael déjalos! —Mika aparece en defensa de los adolescentes, aunque también se sorprende por la cercanía entre ambos
El finlandés no dice nada, solo saca a su novio de la habitación, quien curiosamente no había dicho ni una sola palabra o había tenido la mínima reacción.