En el balcón de Villa Marinette, la protagonista conversa con Tikki acerca de que no logra hablar correctamente con Adrien. Fotograma: ve a Adrien en una nube
Qué churro.
Y entonces, Mari llama a Alya para pedirle el número del rubio.
Mientras tanto, en el parque de la Place des Vosgues, vemos a Théo Barbot, un escultor que va a inaugurar su nueva obra de arte, inspirada en Ladybug.
Alya aconseja a su meja. Le dice que le llame. Y eso hizo. Saltó el buzón de voz, Marinette va y dice:
- Marinette: (Atribulada) Hola, um, contestador de Adrien, eh, soy Marinette, estoy llamándote, claro, porque es un teléfono y... (Risa nerviosa) Llámame, ¡ADIÓS! (Tira el teléfono)
Tela. Y por si fuera poco, ella responde a Alya:
- Marinette: ¿Qué? ¿Qué querías que dijera? «Hola guapetón, soy Marinette, me gustaría invitarte al cine, pero estoy tan colgada por ti, que la única forma de hablarte sin babear es haciéndolo por el dichoso teléfono.» Ridículo, ¿verdad?
Pero... el buzón aún estaba grabando, y para armar la Madre de Todas las Bombas, Marinette falla el dial: ¡EN VEZ DE BORRARLO, LO HA GUARDADO!
A continuación, fotograma para partirse la caja: Marinette espantada.
Pero bueno, dado que está ocupado, aún hay una oportunidad para... Oíd un momento. ¿Coger su móvil y borrar el audio? Recordad, esas cosas son criminales además de acoso y no se hacen.
En estos momentos, Adrien hace esgrima.
Y ostras, la sastre pirada tiene la agenda del príncipe.
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Las aventuras de Ladybug: Análisis de episodios por el Franke
RandomLas reseñas de un alquimista para una serie que parece hecha por alquimistas. O sea, Miraculous/Prodigiosa: Las aventuras de Ladybug y Cat Noir. Reseñas que parecerán un sin sentido. Alec Cataldi copa la portada por ser un crítico de la TV, y por se...