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━━ ❛ una advertencia a aquellos que intentan interferir en su camino.⿻
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❛ Voy a luchar contra ellos Un ejército de siete naciones no pudo detenerme No quiero oír hablar de eso Cada uno tiene una historia que contar... ❜
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❛ De la Reina de Inglaterra a los sabuesos del infierno Y estoy sangrando justo delante de mi señor Todas las palabras van a sangrar de mi Dime: vuelve a casa... ❜
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Luego de la derrota del Demonio del Tridente en Vado Rubí ante el ejército realista con la ayuda de la princesa de Poniente, fue tomado como prisionero de guerra al igual que los cabecillas de la rebelión, Jon Arryn y Eddard Stark, mientras su ejército era obligado a jurar su espada he hincar la rodilla ante la Casa Targaryen sino querían morir gritando en las fauces del primer dragón visto en centurias.
Robert Baratheon, Rhaegar y Viserra Targaryen tenían un largo viaje que enfrentar antes de llegar a la Capital, ante los ojos del rey, uno donde por diferentes motivos se veían constantemente interrumpidos para poder descansar. Abandonar las ruinas de lo que alguna vez fue la Old Valyria había sido mucho más largo que haber llegado a ella, la princesa prefería mantenerse alejada de su hermano mayor, evitándolo como una plaga, siempre a un lado de los prisioneros, donde al coincidir en carisma de una u otra forma la Targaryen entablo una amistad con el líder de la rebelión que casi destruye su dinastía.
En aquellos siete días donde marchaban por el Camino Real hacia King’s Lanig, el ciervo se dio cuenta de muchas cosas y comprendido otras tantas. Reconoció que pasaba mucho tiempo con la princesa, solían burlarse por cómo estaba siendo el perro faldero de la muchacha para salvar su pellejo, tanto que de vez en cuando oía los murmullos de Rhaegar tras ellos decirles que era la primera en toda su existencia que veía a su hermana menor siendo simpática con alguna persona, celoso y rencoroso, no solo por como Viserra lo ignoraba como si no existiera, más bien el como una mujer logro aplastar una guerra con solo una palabra. Eso y también descubrió que, le fascinaba pasar tiempo con la conocida Rey Aerys con Tetas y su dragón, Bloodwing quien se había acostumbrado a su presencia y hasta parecía estar igual de cómodo como su jinete lo estaba con él.
Robert sentía que podría llegar a ser perdonado a la clemencia que Viserra les otorgaba a él y sus compañeros rebeldes.
Por supuesto que pensó en ello demasiado rápido. Pues solo basto una noche y un mortal incendio para saber que Viserra había abandonado Valyria, pero su Maldición aun no la había abandonado.
