Capítulo 18: Respuestas, y un problema mas.

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Seré sincero, cuando termine de escribir tenía planeado dividir el capitilo en dos, ya que si lo dejaba así, sería el capitulo más largo de toda la historia, pero sinceramente no pudo verlo dividido.

Así que espero que les guste.

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Una lori de aspecto serio, una haiku inexpresiva y un conejo durmiendo eran todos los ocupantes de esta gran sala, a punto de tener una conversación muy importante.

Haiku: bien, empezaré desde el momento en el que me di cuenta de esto.

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Haiku se encontraban caminando por los grandes y poco naturales paisajes del plano astral, con dirección hacia su estudiante y mejor amiga lucy.

Cuando de repente a lo lejos pudo ver una pequeña luz blanca que salía de la "puerta" que usaba para entrar en le espacio mental de su amiga.

Muy en contra de las creencias de la gente en general, ella era muy curiosa, pero solo pocas cosas lograban despertar este sentimiento en ella.

Y este pequeño suceso tuvo la suerte de ser uno de esos pocos casos.

Sacando una pequeña estatuilla que tenía la forma de un cuervo de su busto, y lanzándola al aire, convocó a una de sus creaciones más grandes.

Un gran cuervo del tamaño de un caballo, el cual monto con un solo objetivo.

Haiku: bien, las respuestas no se consiguen solas.

Dijo en voz alta.

Para un segundo, después darle una orden mental a su montura para seguir a aquel ser que se movía a alta velocidad.

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Después de casi una hora de seguir a su presa, noto varias cosas.

Uno, era que este ser era un espíritu guardián.

Dos, que era un conejo.

Y tres, que él sabía que lo estaban siguiendo.

¿Y como se dio cuenta?

Fácil, porque de una manera astuta intento perderla, pero la gótica no dejaría que se escapara fácilmente.

Haiku: ríndete pequeño, no podrás ocultarme nada.

En este momento la chica no se avía dado cuenta de que estaba sonriendo por la emoción de conocer algo nuevo.

Poco tiempo después el espíritu la llevó a una gran cueva, en la cual tuvo de dejar su montura ya que a su cuervo le costaría volar en un espacio tan reducido.

Haiku: bien, es hora de que me cuentes todos tus secretos, pequeño.

Dijo de una manera un tanto espeluznante, pero ni ella misma se dio cuenta en ningún momento.

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Después de un tiempo caminando por la oscura cueva, haiku logró ver nuevamente al conejo, que parecía que la esperaba con calma.

Haiku: así que no fue casualidad.

Afirmó la chica, mirando a su pequeño guía, el cual había empezado a caminar en dirección a la zona más profunda de la cueva.

Recordando Al Hijo Olvidado (The Loud House)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora