2. Lily White

579 56 35
                                    

2 de mayo, 1992

Albus Dumbledore esperaba pacientemente en la habitación del orfanato, dando tiempo a que la directora, la señorita Anderson, fuese a buscar a la niña. Con curiosidad, el mago miró a su alrededor, estudiando el cuarto.

La habitación era lo bastante amplia como para albergar dos camas, y todas las pertenencias de las dos niñas que allí habitaban.

Todo parecía muy limpio y ordenado, pero las paredes estaban cubiertas por varios dibujos, pósteres de cantantes famosos y fotografías de niños. En un corcho, se podía ver el mensaje "Lily y Susan, amigas para siempre" junto a una fotografía de dos niñas, una rubia y una morena, que sonreían abrazadas.

Dumbledore asintió, satisfecho. Esta vez había aprendido de sus anteriores errores, y se había asegurado de que la pequeña huérfana se criaba en un ambiente amable y seguro, a pesar de ser un orfanato. Y por lo que veía, la niña había sido feliz allí.

La puerta se abrió, y por ella apareció la señorita Anderson, acompañada por una de sus pupilas. La niña era alta, y a los once años sobrepasaba los hombros de su maestra.

Obedeciendo el hechizo de Dumbledore, la señorita Anderson salió de la habitación, cerrando la puerta tras de sí, y la niña esbozó una mueca de contrariedad, claramente desconcertada por quedarse a solas con ese desconocido de ropa tan rara.

-Por favor, no tengas miedo, me gustaría hablar contigo -Dumbledore sonrió con amabilidad y se sentó en una de las camas, señalando a la otra para que la niña le imitase-. ¿Cómo te llamas?

-Me llamo Lily, Lily White ¿Va usted a adoptarme? -ella se sentó frente a él, sin dejar de mirar fascinada los dibujos de su túnica.

-No, pequeña, vengo a ofrecerte una plaza en mi escuela.

-¿Es usted un profesor?

-Me llamo Albus Dumbledore, y soy el director de la escuela Hogwarts de Magia y Hechicería.

La niña se lo quedó mirando sin pestañear, asumiendo lo que acababa de escuchar. Dumbledore pudo observar que era muy guapa, con facciones simétricas y delicadas, y piel de porcelana.

Entonces, la niña frunció el ceño, en un gesto muy característico, y le miró escéptica con sus ojos oscuros.

-¿Ha dicho magia?

-Si, Lily, magia. La magia existe, y en Hogwarts enseñamos a los jóvenes magos y brujas del país. Y tú, Lily, eres una bruja.

-Eso no es algo muy amable para decirle a otra persona -replicó ella, aún escéptica. Dumbledore se rio en voz baja.

-Estoy convencido de que ya has notado por ti misma que ocurren cosas a tu alrededor que no puedes explicar ¿Me equivoco?

Lily bajó la mirada, y se mordió el labio, pensativa.

-Hubo una vez... estaba empujando a Susan en el columpio, y ella quería subir más alto, y de repente salió volando, y se cayó desde muy arriba ¿Eso fue magia, señor? ¡Yo no quería hacerlo! No fue a propósito -Lily abrió mucho los ojos, en un gesto asustado.

-Los niños sois capaces de hacer magia sin daros cuenta. Estoy convencido de que no querías hacerle daño a tu amiga ¿Ella está bien?

-Se hizo una herida muy grande en la pierna, pero ya se le ha curado. Dice que voló como Superman -sonrió Lily. Dumbledore asintió, fingiendo que entendía sus palabras.

-¿Y has notado algo más?

-Me corté el flequillo con las tijeras, para tenerlo como Margot, pero me quedó muy mal. Estuve llorando toda la noche porque tenía miedo de que se riesen de mí. Pero al día siguiente mi pelo había crecido otra vez.

Sangre  de mi sangre (Severus Snape & hija)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora