1. Un bebé indeseado

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ATENCIÓN: La historia es para todos los públicos, pero en este capítulo hay mención de embarazo forzado y trauma.

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7 de agosto, 1980

La lluvia caía con fuerza en el suelo pedregoso, formando grandes charcos. Severus Snape se abría paso, con la capucha calada hasta las cejas, sin importarle la violencia de la tormenta a su alrededor.

Normalmente, no se habría molestado en llegar tan pronto, pero el mensaje de Lucius Malfoy parecía realmente desesperado.

Severus sospechaba saber a qué se debía tan angustiada llamada, y esperaba con todas sus fuerzas estar equivocado.

El propio Lucius abrió la puerta de la mansión, totalmente al contrario de lo que sería su costumbre, y antes de que Severus pudiese decir nada, le arrastró al recibidor.

-¡Severus! Gracias a Merlín. Date prisa, sígueme.

-¿Qué ha pasado, Lucius?

-Es Narcissa. Ella ha... -Lucius no pudo continuar, y tuvo que cerrar los ojos y aclarar la garganta para recuperar la voz-. Ha aparecido. Él se la llevó. Está inconsciente...

-¿Quieres decir que ha sido devuelta?

-Apareció unos minutos antes de que te llamara. No despierta, Severus, tienes que hacer algo. No sé lo que le ha hecho.

Severus no insistió más, y preparándose para lo peor, siguió a su amigo a toda prisa, hasta el dormitorio principal. Allí, sobre la gigantesca cama blanca y dorada, Narcissa yacía, pálida e inmóvil. Al acercarse a ella, Severus comprobó que su piel ardía, y estaba cubierta de un pegajoso sudor.

-¿Tenía alguna herida? ¿Alguna lesión?

-No.

-¿La has mirado bien? ¿Has mirado... abajo?

-¡Por Merlín, Severus!

Pero Severus se encaró con su amigo, taladrándole con sus ojos oscuros.

-Sabes muy bien por qué el Señor Tenebroso se la ha llevado. Por el mismo motivo por el que nosotros fuimos convocados. No hay que descartar que...

-No lo digas. Por favor, no lo digas -Lucius cerró los ojos con fuerza, con la cara arrugada en un gesto de angustia. Cuando los abrió, su mirada vidriosa se fijó en su amigo, suplicante-. ¿Puedes...? ¿Puedes revisarla? Por favor...

Severus suspiró, pero sacó su varita, y se dispuso a revisar el estado de Narcissa. Murmuró varios encantamientos mientras agitaba la varita sobre la mujer. Tras varios minutos, bajó el brazo.

-Está intacta, no ha sido dañada. Aunque eso no importa -añadió.

-¿Quieres decir que...?

-Está embarazada.

-¿Pero cómo?

-Mediante un hechizo. Es un método extremo para asegurar la concepción, pero muy efectivo.

-Pero ella... Severus, no puede ser cierto -Lucius se frotó las manos-. Apenas acaba de dar a luz. Los curanderos nos prohibieron intentar tener más hijos antes de que pasase un año. No puede... no debe quedarse embarazada tan pronto.

-Mi hechizo no miente, la concepción ha tenido lugar.

Lucius se acercó a la cama y cogió la mano de su esposa. Narcissa seguía sin despertar, y el color de su piel era marchito y sin vida.

Sangre  de mi sangre (Severus Snape & hija)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora