CAPÍTULO 10

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CHIARA

Aunque no quería separarme de Viviana, aún tenía que viajar a Nueva York. Hanna se llevó la sorpresa de su vida al ver a Sebastián en brazos de Leonardo, de hecho a todas nos asombró, aunque todavía no se como no me había dado cuenta del parecido.

Hace unas semanas que Alice y mis hermanas recuperaron a mi madre de las garras de Duncan, no quiero ni ver la cara de ese ser tan asqueroso, no entiendo como mi madre pudo resistir tanto tiempo bajo su poder.

Estando en casa de Alice, almorzamos todas juntas, excepto Hanna que está arreglando sus asuntos con Leonardo. Mi celular se ilumina con una notificación y mantengo mi cara de póquer para no alertar a Roxanne.

—¿Que pasa tesoro? —pregunta mi madre en un susurro.

—Nada mami —bloqueo mi celular y le sonrío.

Ella acaricia mi mejilla y me da un beso. Apoyo mi cabeza en su hombro y le guiño a Roxanne que tiene sus ojos fijos en nosotras.

—¿De que hablan ustedes dos?

—Con todo respeto, no te importa —sonrío y veo cómo el enojo se va notando en sus expresiones.

—No van a empezar —dice mi madre —todas tienen su tiempo conmigo.

—Es que Roxanne prefiere estar con su mujer —comentó y ella toma el cuchillo con mucha fuerza.

—Solecito.

Ella lo suelta al sentir la mano de Katerina sobre la suya.

—Do. Mi. Na. Da —le digo en una mueca y me sonríe.

—Re. Cha. Za. Da. —murmura ella y entrecierro los ojos.

—¿Pueden parar? —exige Alice.

—Oigan —llamo la atención de todas —tengo una misión en Italia, ¿será que me prestan a Olivia y a Katerina? —mis hermanas fruncen el ceño y disfruto de sus expresiones —¿o ustedes quieren repetir la misión?

—Es todo —se levanta Alice y me pongo de pie en seguida.

—Yo le corto la lengua —dice Roxanne poniéndose de pie.

—¿Tienen miedo? —la desafío.

—¿Que misión? —pregunta Katerina.

—Oh, déjame contarte... —me apresuro a salir del comedor cuando veo a las dos venir contra mi.

Me siguen por la sala y Alice logra alcanzarme dejándome caer sobre el sofá. Roxanne se sube sobre ella y me sacan el aire.

—Me rindo —comienzo a reír y Alice sujeta mis mejillas.

—¿Que te tiene tan parlanchina? —pregunta.

—Alguien se ha estado divirtiendo —dice Roxanne con una sonrisa.

—Siempre me divierto cuando las hago enojar —Alice entrecierra sus ojos y sonríe.

—No, ¿quien te tiene tan feliz? —dice.

—Tú —le doy un beso en la mejilla y sujeta las mías con más fuerza.

—¿Quieres un interrogatorio? —pregunta Roxanne.

—Depende, si es para contarle a Katerina y a Olivia lo que hicieron, no necesitan el interrogatorio.

—Atrévete a abrir la boca, idiota —dice Roxanne golpeando mi costado izquierdo.

—Oye —me quejo —no maltrates a tu hermanita —hago un puchero y ambas se ríen.

Al fin me dejan libre y veo a mi madre observándonos con una gran sonrisa en su rostro.

HeraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora