CAPÍTULO 33

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ANNETTE


Con la información que Chiara acaba de soltarme, me retiro un momento mientras chicas conversan en el mini bar. Busco la ubicación del dispositivo que Roxanne creo y me aseguro de que todo esté en orden.

Es imposible que alguien encuentre esto, solo Roxanne sería capaz de hacerlo, ella lo creo después de todo.

Regreso a la casa y me apoyo en la barra junto a Jia que está sentada en una de los taburetes. Me llega una notificación de mensaje y al no saber de qué hablan, reviso de qué se trata.

Roxanne:
¿Le diste el collar?

Annette:
No.

Roxanne:
¿Si era para Jia?¿Tienes otra?, habla ya, me desespera cuando no me dices las cosas.

Sonrío al ver ese mensaje.

Annette:
Si es para ella.

Roxanne:
Pasaron meses desde que lo compraste Annette, ¿Que esperas?

Annette:
Hasta que acceda a mi petición.

Roxanne:
¿Que petición?

Siento una mano deslizarse por mi cintura y de reojo veo que es Jia, pero no me mira, solo clava sus uñas en mi espalda.

Annette:
Duérmete Roxanne, mira que tienes la oportunidad de dormir con semejante diosa. Si yo la tuviera en mi cama, no estaría perdiendo el tiempo indagando en la vida de otras.

Roxanne:
¡Vete al carajo, idiota!

Las uñas de Jia se clavan aún más cuando me ve reír.

—¡Auch! —me quejo —ya tienes mi espalda maltratada ¿y quieres seguir?

—¡Annette! —dice en un susurro.

Abre su boca y se queda callada al notar la mirada de las demás sobre ella. Veo que respira profundo y luego vuelve su atención a las chicas.

Trata de prestar atención a lo que dicen, pero me distraigo rozando mis dedos por sus hombros descubiertos.

—Oye, sociópata —dice Ivanna y la veo con el ceño fruncido —¿Puedes dejarla un momento?, ni siquiera puede hablar —se burla de ella.

—¿Cuando me dejarás dormir con ustedes? —le pregunta Yuna —aún recuerdo la vez que amanecimos abrazadas. —suelta un suspiro y presiono mis dedos en su cintura haciendo que de un respingo. —Deja de hacer eso.

—¿Durmieron juntas? —pregunto tomando del trago de Jia.

—Oh, si —dice Jia con emoción.

—Tu te metiste a la cama —la acusa Ivanna —yo estaba durmiendo con Yuna y al despertar tú estabas ahí.

—Te robaste a mi sexy abogada —vuelvo a presionar su cintura y me da un codazo.

—Te juro que la voy a matar —me dice Ivanna en ruso —Son tal para cual.

—Inténtalo —le respondo con una sonrisa —sabes que no me importará quien seas.

—Ahora creo que te lo pensarías dos veces, parece que tienes corazón después de todo.

—Me pregunto ¿qué tan sexy es la abogada? —digo viendo a su esposa y se tensa —¿También puedo amanecer con ella?

Veo como sus ojos cambian a un gris oscuro, a uno que indica que se avecina una tormenta que puede destruir todo a su paso, pero la mano de su esposa en su mejilla, hace que el panorama vuelva a calmarse.

HeraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora