VIVIANAObservo a Chiara conducir por las calles de Palermo y tomar el desvío hacia Santa Cristina Gela. Entre más nos alejamos de Palermo, más disfruto del paisaje, ella abre el descapotable y el viento comienza a alborotar me cabello por la velocidad que conduce.
—¿A dónde me llevas? —le quitó sus gafas de sol y me las coloco.
—Oye, no veré nada —dice poniendo su mano sobre su frente para cubrir sus ojos del sol.
—Toma —Saco los míos de mi bolsa y se los coloco —Los tuyos me van mejor.
—¿Te quieres adueñar de todo?
—Por supuesto, voy por tu alma. —deslizó mi mano en su cuello y me inclino sobre el asiento para besarla.
Ella sonríe y continúa besándome sin apartar sus ojos de la carretera. Regreso a mi asiento y extiendo mis brazos disfrutando del viento fresco de Sicilia. Una gran sonrisa adorna mi rostro en este momento, me siento plena y feliz con la mujer que está a mi lado.
Ayer estaba muy molesta, cuando recibí el mensaje, estaba feliz por saber de ella, pero a cambio, fue una enorme decepción, verlas a ellas en bata y Chiara sentada en sus piernas, no es algo que quieres ver cuando ella te acaba jurar amor una noche antes.
No quise responder ser sus llamadas porque no quería decirle una estupidez y tampoco quería escuchar sus explicaciones, cuando apareció en casa esta mañana, mi corazón dio un vuelco y aunque intente ignorarla, es imposible no resistirse a Chiara.
Menos mal que solo era su hermana, pero quien no se pondría celosa al ver a una mujer como ella cargando a mi nov....
Frunzo el ceño y me volteo en dirección a Chiara que va muy concentrada en la carretera. Ella siente mi mirada y enarca una ceja al verme.
—¿Que pasa? —pregunta estirando su mano para colocarla en mi pierna —¿necesitas algo?
—Nada, ¿a dónde vamos? —ya llevamos un buen rato en el auto y aún no me dice a dónde vamos.
—Ya lo verás, estamos cerca —sonríe y aparto mi pierna de su toque.
—¿Y ahora qué pasa? —me pregunta sujetando mis mejillas con su mano y gira mi rostro para que la vea —dime.
—No es nada —digo con una sonrisa forzada.
—Espera a que lleguemos y me dirás lo qué hay en esa cabecita.
Veo que se desvía por otra carretera, a ambos lados hay unos árboles enormes y ella baja la velocidad porque el camino es de tierra. Conduce con cuidado y entre más nos adentramos en esa propiedad, puedo ir viendo los viñedos a ambos lados, esto se ve espectacular.
Es una de las propiedades que aparece en los registros de Chiara, digamos que es uno de los negocios por medio de los cuales lava dinero de sus otros negocios. Esta propiedad la adquirió hace unos tres años, pero no había tenido la oportunidad de venir.
Al final del camino, nos recibe una hermosa casa al estilo toscano, como en a antigua Italia. Tiene una apariencia rústica por su acabado con paredes de piedra sin revestimiento con unas paredes lisas de colores neutros y techos de teja con cerámica que le dan cierta tranquilidad y simplicidad al lugar, aunque estoy segura de que está casa vale muchísimo.
Chiara baja del auto y viene de mi lado para abrir mi puerta, toma mi mano y me guía dentro de la casa. Si por fuera es bellísima, por dentro lo es aún más, sofás de cuero, muebles rústicos que le dan ese toque antiguo y a la vez moderno.

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Hera
RomantizmChiara Santoro es la menor de cuatro hermanas, la más reservada y, sin duda, la más temida de la Costa Nostra. Con su nombre y su poder, ha logrado mantener su identidad oculta, pero hay una persona que conoce la verdad detrás de la máscara que Chia...