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*en este capítulo hay contenido sexual explícito. el que quiera que se lo salte pero no hate.
ahora sí, a disfrutar.*

CANDELA

LAS MANOS DE ÉL LE ACARICIABAN LA ESPALDA PARA MANTENERLA EN EL AIRE MIENTRAS ELLA LE RODEABA LA CINTURA CON LAS PIERNAS

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LAS MANOS DE ÉL LE ACARICIABAN LA ESPALDA PARA MANTENERLA EN EL AIRE MIENTRAS ELLA LE RODEABA LA CINTURA CON LAS PIERNAS. Dejándose llevar completamente por las ansias y el placer, ella recorrió la boca de él con la suya y permitió que Pipe explorara su cuello con la lengua, dejando un rastro húmedo a su paso. Ella enterró sus manos en el cuero cabelludo de él y tiró con una necesidad y un hambre que desconocía dentro de su ser.

Las manos de Pipe la abrazaban con mucha capacidad, pero ella se separó levemente para pedirle que se recostaran a la cama. Él, obediente, la llave o hasta la orilla de esta y se sentó, haciendo que Candela quedase subida a su regazo.

—Dime que pare—le susurró él agarrándole del cuello—. Dime que pare.

—No pares. Ni se te ocurra parar...

Sus ojos se encontraron bajo la tenue luz de la habitación y ella sintió una electricidad explosiva al sentir los dedos de él entorno a su cuello. No la apretaban con una fuerza superior que le hiciese daño ni la ahogara, pero hacía la suficiente presión para notar su pulso acelerado.

—Quítate la camisa.

—Que mandosa que sos—se burló Pipe con una sonrisa.

—Quítatela. Por favor.

—A sus órdenes.

Volvieron a pegar sus labios y Felipe se pasó la camiseta del pijama por la cabeza. La revoleó y reanudó el camino de besos por el cuello de Candela ascendiendo por la mandíbula y por el lóbulo de la oreja. Ella, provocándolo, se apretaba contra su entrepierna subida a él y agarrándose por los hombros.

—Ahora vos...—la voz profunda de Pipe le puso la piel de gallina—. Haznos un favor y quítate eso—señaló la sudadera de ella.

Candela obedeció a aquella orden y se quitó primero la sudadera y luego la camisa de tirantes de debajo, terminando al fin con el sujetador con el que forcejearon un rato.

—Maldito sujetador...—gruñó él hasta que se lo quitó.

Cuando se quedó semidesnuda, ella observó los ojos de asombro y veneración de Felipe, que se detuvo un momento para contemplarla. Cuando se hartó de quedársele mirando los pechos, deslizó su mirada hacia sus ojos.

—Sos preciosa—le prometió él—. Sos perfecta...

Ella sintió unas mariposas en revoloteándole en el estómago y se apegó más a él para que sus pechos desnudos se tocarán. Y fue una sensación de otro mundo. Su piel se eriza con la sensación del contacto cálido y firme de su cuerpo, mientras su corazón late desbocado en su pecho. Hay una electricidad palpable en el aire, una conexión intensa que trasciende lo físico y se adentra en lo más profundo de su ser. Candela se siente envuelta por una sensación de seguridad y protección al sentir el sólido pecho de Pipe bajo sus manos, como si estuviera siendo abrazada por la fuerza misma de su amor. Al mismo tiempo, una ola de deseo la recorre, avivando el fuego que arde dentro de ella y alimentando la pasión que los consume a ambos.

𝐖𝐎𝐑𝐊 𝐒𝐎𝐍𝐆──𝙁𝙚𝙡𝙞𝙥𝙚 𝙊𝙩𝙖ñ𝙤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora